Caminos seguros para los osos

La búsqueda y el hallazgo de esa conexión era una de las vías para la supervivencia del oso pardo tal como destaca un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Para ello se han centrado en las áreas de distribución del oso pardo, Ursus arctos, en Serbia, único país en Europa habitado por tres grandes poblaciones de esta especie.

Los resultados, publicados en la revista Global Ecology and Conservation, inciden en la necesidad de dirigir los esfuerzos de conservación hacia la conexión entre poblaciones, cuyo hábitat se ve cada vez más afectado por las actividades humanas. «Los osos se consideran especies paraguas debido a que necesitan territorios muy grandes para sobrevivir, por lo que su conservación asegura la protección de sus hábitats e, indirectamente, de las especies con las que coexisten», explica Alejandra Zarzo, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales participante en el estudio. «Esta característica de su biología también implica la necesidad de corredores que conecten sus territorios para favorecer el intercambio genético entre las poblaciones».

Los científicos del CSIC estudiaron lo que ocurre en Serbia, donde confluyen tres de las mayores poblaciones de oso pardo de Europa: la del este de los Balcanes, con unos 600 individuos; la de los Alpes dináricos, con más de 3.000; y la de los Cárpatos, de más de 7.000. Los resultados muestran que el 60% de las posibles zonas favorables para los osos en Serbia están todavía sin habitar y que el sudeste del país será crucial en el futuro para potenciar la conectividad entre las poblaciones.

En España son varias las organizaciones que trabajan para garantizar la supervivencia de la especie el oso pardo cantábrico, con dos poblaciones: la occidental, que habita los montes entre las comarcas leonesas de El Bierzo, Babia y los concejos asturianos de Proaza, Teverga y Quirós; y la otra ubicada en las comarcas de la montaña oriental leonesa, la montaña palentina, suroeste de Cantabria y los Picos de Europa asturianos.

Estas ONG trabajan tanto en el estudio científico de las poblaciones como en la lucha contra el furtivismo, garantizar el alimento para los animales, colaborar con los habitantes de los núcleos urbanos próximos a los territorios de los plantígrados –aunque los ataques son mínimos, estos sí que causan daños en ganadería o agricultura– y fomentar el turismo racional entorno al oso pardo.