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'CSI' ha enseñado al espectador televisivo todo tipo de artimañas para averiguar la identidad de un fallecido. Que si el ADN, que si las huellas o los dientes, métodos archiconocidos por el imaginario popular. ¿Pero qué ocurre cuando no hay base de datos para ... aplicar esos métodos? Aquí es donde Investigadores de la Universidad de Granada han realizado una importante aportación. Han diseñado una nueva técnica forense que permite identificar un cadáver a partir de las fotografías publicadas en las redes sociales, concretamente en aquellas en las que el individuo aparece sonriendo. Actitud, por otra parte, en la que suelen posar la mayoría de los ciudadanos en sus perfiles.
Actualmente los medios recogidos en los protocolos internacionales para la identificación forense son las huellas dactilares (dactiloscopia), los archivos de odontogramas (odontología) –radiografía o moldes que toman los dentistas a sus pacientes- o los perfiles de ADN (genética). Sin embargo, son muchos los contextos en los que no se pueden utilizar, ya que las personas fallecidas proceden de entornos socioculturales o países en los que no existen bases de datos de huellas, no hay recursos para obtener odontogramas o no se guardan perfiles de ADN.
La novedosa técnica desarrollada por el Área de Antropología Física de la Universidad granadina, en la que colabora la Academia de Ciencias de Breslavia (Polonia) y está publicada en revista 'Forensic Science International', se basa en el análisis del perfil de los dientes anteriores de un individuo. O sea, las piezas que quedan a la vista cuando una persona sonríe –o las que no se le ven porque le faltan-. La morfología de los dientes puede ser un carácter individualizante si se tienen en cuenta características como el tamaño, la presencia de diastemas o de torsiones dentales, explican los investigadores.
A pesar de ofrecer resultados menos confiables que los recogidos en los protocolos forenses internacionales, esta nueva técnica tiene la ventaja de poder acceder a los datos anteriores al fallecimiento aportados por los familiares. Esto es, por las fotos que la persona fallecida publicó en sus redes sociales, como Instagram o Facebook.
Y es que los científicos destacan que con esta nueva técnica se abre vías alternativas de identificación de personas desaparecidas o fallecidas en contextos de vulneración del Derecho Internacional Humanitario recogido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como matanzas, guerras o acciones terroristas. Como explican las autoras de este trabajo, «identificar es comparar, por lo que se necesita tener datos antemortem (AM) y postmortem (PM). En estos contextos, se están buscando métodos alternativos que permitan analizar recursos fáciles de obtener por parte de los familiares (AM) con aquellos recogidos en las personas o cadáveres de los fallecidos/desaparecidos (PM) y en esto pueden jugar un papel importante la redes sociales».
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