Secciones
Servicios
Destacamos
Siloé aterriza este sábado en Burgos (Casa del Cordón, 20:30 horas) para presentar su nuevo proyecto, Metrópolis', con la novedad de un concierto innovador, en el que no habrá parones. Canciones sin interrupciones, que mostrarán la evolución de la banda (Fito Robles y Xavi ... Road) sobre los escenarios. De todo esto habla la voz del proyecto pop vestido con música electrónica, Fito Robles, quien analiza la situación actual de la música, azotada por la crisis del coronavirus.
-¿Qué van a ver los burgaleses durante el concierto?
-Para Burgos hemos cambiado el show para hacer la gira de presentación. Cambiamos respecto a lo que hacíamos en verano. Los shows están muy condicionados por el contexto en el que te mueves, el equipo... La gente de la Casa Cordón viene programando cosas muy chulas durante el verano y nosotros hemos tenido el tiempo suficiente en septiembre y octubre para preparar el nuevo espectáculo, en el que no pararemos ni un minuto. En la música estamos muy acostumbrados a que haya canción, parón, canción... La música electrónica tiene el concepto de película. Te metes en el cine y la ves sin parar. Lo que vamos a hacer va a ser muy similar a una película. Está todo pensando para no parar, ni hablar. Pero también habrá momentos íntimos y de goma.
-¿En ese show no tiene cabida lo de 'otra, otra...'?
-Empieza, acaba y créditos.
-En el mundo de las bandas es muy raro eso que comenta...
-El mundo de las bandas es como si estuviera enfrentado al de los dj's. Un dj tiene cosas muy buenas. Conceptualmente como plantean un concierto, en ningún momento quieren parar. La máxima premisa que tiene un dj es que en el siguiente tema no se vaya la gente, aunque esté pinchando, por ejemplo, música indie. En el mundo de las bandas, de donde venimos, es mucho más dinámico, con más tierra, origen y corazón... y todo eso se puede unir en estas cosas. Eso queremos reivindicar. Un dj no tiene que estar enfrentado con una banda. Son mundos entendibles. En Estados Unidos el ejemplo está en los 4.000 artistas que se han juntado y han hecho una gira. Esto es lo que viene, aunque nosotros no hemos forzado nada, porque Xavi lleva pinchando toda la vida y yo vengo del mundo del autor. Hemos juntado la vanguardia y la tradición, unida a la música pop. Nosotros no dejamos de hacer música pop, da igual de que lo vistamos.
-Y lo último vuestro que se va a ver es un disco de colaboraciones...
-Vamos a publicar 'Metrópolis 2.0', que es un reedición del anterior disco con muchísimos amigos. Con Miguel Campello (El Bicho), Delaporte, Belén Aguilera, Dani Fernández... Son muchos artistas y todos ellos diferentes. Queremos quitar tabúes. Nosotros, evidentemente, somos independientes porque nos producimos y nos hacemos absolutamente todo. Eso es lo que significa. Que tú seas independiente a nivel de mercado, no significa que no puedas colaborar con artistas de todo tipo. Hemos querido hacer un disco con nuestros amigos y como nos dé la gana a nosotros. Por ejemplo, Miguel Campello nos ha mandado una revisión de un tema que se llama 'Remedios para la tristeza', que es flipante. La música está por encima de los prejuicios.
-Hace poco le escuché decir que si Mozart fuera de esta época, haría música electrónica...
-Lo que creo es que el lenguaje que ahora se estila, la manera de escribir y hasta esta mierda de pandemia ha empujado muchísimas cosas hacía adelante. Muchas bandas se han acabado de tirar a la piscina con la música electrónica. Hay están los casos más flagrantes en los Grammys americanos con Billie Eilish llevándoselo todo. Y es una chica que hace sus discos en su casa y con su hermano. La música va hacia ese camino. Pasa lo mismo con la escena española. Ellos utilizan la música electrónica como lenguaje. Si yo no digo que Mozart no hiciera música electrónica como lenguaje, pero estoy casi seguro que utilizaría esas herramientas. La mayoría de las bandas van con un ordenador a un directo. El tufo de la música electrónica te tira para atrás o no, dependiendo de lo que te guste.
-¿Y el reguetón?
-Pues a lo mejor lo hacemos. ¿Por qué no? Si hacemos una canción y el ritmo le pega... Quién se negó al reguetón. El mundo ha dado un cambio hacia adelante. Si preguntas a las nuevas generaciones que van al Sonorama o al ciclo de conciertos de la Fundación Caja Burgos tienen un tema de Beret, otro de Sidonie, C. Tangana y el siguiente de Vetusta Morla. Eso es lo que llevan en su Spotify. Esto está cambiando. Las nuevas generaciones no tienen prejuicios de bailar un reguetón, después disfrutar de Calle 13 y terminar con Sidecars. Nadie se fustiga y no dicen eso de que sean unos puretas. Lo bailan, lo disfrutan y punto.
-Vuestro último disco, Metropolis, salió al mercado justo antes de la pandemia. ¿Os habéis visto obligados a hacer un 'crowdfunding' para sobrevivir al editar vuestro disco de colaboraciones?
-El 'crowdfundind' nos va a dar alas para sobrevivir este invierno. Es lo comido por lo servido. Es una preventa del álbum y surgió la idea de hacer colaboraciones con artistas que los que nos apetecía. La idea estaba mascada antes del coronavirus. Es una cosa que queríamos hacer que nos va a ayudar a sobrevivir en esta época en la que no habrá conciertos. La producción de este Metrópolis 2.0 tiene costes, como el estudio, de los artistas que vienen... No parar de hacer cosas siempre es una alegría, además siempre buscamos tener a nuestros seguidores con material y cuidarles. Por ejemplo, irá dentro el temazo con Miss Caffeina (La vida que me das). Ellos nos han dado la vida, porque es uno de nuestros temas más escuchados. Hacerlo con Miss Caffeina, que están arriba, ha sido muy importante. Va a ser un álbum y un espectáculo del año 2045. Es la música que se empezará a ver dentro de unos cuantos años. Siempre hemos querido estar cerca de la vanguardia.
-¿Da rabia que para que se os escuche más público haya que contar con colaboraciones de otros artistas más reconocidos?
-Nosotros también hemos hecho muchas colaboraciones para amigos que a lo mejor están más abajo que nosotros. Hay que tener claro que si al artista no le guste el tema, no colabora. Recuerdo que el manager de Miss Caffeina dijo que si a los componentes no les gustaba, no lo iban a hacer. Lo escucharon y nos dijeron que les encantaba el tema. A la semana siguiente, ya teníamos todo.
-¿Cómo está el sector?
-Está en la mierda. Los músicos estamos acostumbrados a estar en la mierda. Viven en una permanente crisis porque la industria española es tan pequeña que no hay tejido. No hay sitio para 40.000 bandas. El pastel se lo reparten entre muy pocas, pero realmente es muy pequeñito. Es un sector que le ha terminado de tocar con la crisis. En muchas comunidades autónomas se ha decidido que la cultura no sea un bien indispensable para exponer a la gente. No somos conscientes, pero van a desaparecer muchísimas bandas que estaban intentando sobrevivir. Es imposible pagar autónomos sin conciertos. Con la edición digital de los discos no da y vamos a ver un montón de bandas que van a caer. Ya pasó con la crisis del CD. Ahora la industria se estaba reinventando con los directos, festivales... Eso hacía que muchas familias pudieran sobrevivir. Hay personas, como los que llevaban furgonetas, que se han podido reinventar haciendo mudanzas. Pero otros puestos están desapareciendo.
-Pero los que comen de ese pastel también se están quejando...
-Por supuesto. Nosotros hicimos una inversión de 30.000 euros para este álbum, con dinero personal, préstamos... Lo publicamos el 21 de febrero y nos confinan en marzo, con una gran programación en verano. Funcionamos como un bar. Nos endeudamos para la promoción, pagar los estudios... para luego salir y recuperarlo con el directo. Pero es que no hemos tenido conciertos. Hemos tenido cerca de ocho conciertos, pero no hemos recuperado la inversión. La hostia es a 200 y sin frenos. Los que están arriba hacen esa inversión, junto con las compañías discográficas, pero a nivel millonario. La gente dice 'puedes esperar y hacerlo al año siguiente', pero ese dinero hay que devolverlo. Da igual que seas grande o pequeño. Se hace una inversión acorde. Es un poco penoso, sin entrar a valorar ninguna decisión política.
-¿Ustedes corren peligro?
-No soy catastrófico. Aunque no lo creamos, estamos en la cuerda floja. Tienes cualquier circunstancia y a lo mejor tienes que dejar esto. Es muy complicado. Me jode decirlo, porque parece que siempre estamos llorando. Todo lo que he contando es reducido. Me jode que la gente no viva esto desde la verdad. Los músicos deberían salir y decir las inversiones que hacen, lo que no recuperan y lo que ganan. No pasa nada porque el público sepa si estás bien o mal. Estamos jodidos porque no hay curro, no se puede pagar una hipoteca... A nosotros no nos han dejado tocar. Antes, en invierno, podías vender las entradas, a precios desorbitado por cierto, y ahora que no hay espacios abiertos, ¿Qué van a hacer los músicos si no está habilitado el trabajo? Ahora, si hubiera tenido un concierto programado en León o Palencia para estás fechas, se hubiera cancelado por su confinamiento. Se vive con ese miedo de que podrían cerrar esos sitios donde vas a tocar en breves.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.