La Federación de Empresarios de Comercio de Burgos anima a los burgaleses, de cara a la realización de la declaración de la renta, a marcar la casilla 106, esa que destina una pequeña parte de los impuestos, que ya han sido retenidos durante ... el año, a 'actividades de interés social'. De esta forma, los contribuyentes estamos ayudando a personas en situación de vulnerabilidad.
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El objetivo de estas subvenciones es financiar programas o proyectos de las ONG. Cada año, la Administación permite a los ciudadanos elegir el destino de una parte de sus impuestos. Existe la opción de elegir marcar la conocida como X Solidaria y destinar el 0,7% del IRPF a la realización de programas desarrollados por ONGs, marcar esta casilla y la de la Iglesia Católica; con lo que las aportaciones se suman, es decir, 0,7% a fines sociales y 0,7% a la Iglesia Católica, marcar sola la casilla de la Iglesia Católica o no marcar ninguna; supone desitnar tu aportación a fines generales del Estado.
Esta última opción fue la elegida en el pasado ejercicio por el 33% de los españoles, de esta forma, se dejaron de destinar a fines sociales 6.628.613 euros. En la provincia de Burgos el porcentaje de personas que no marca ninguna de estas dos casillas es inferior, un 22,14%, lo que supuso dejar de destinar a estos fines 745.879 euros. En cambio, el 63,92% marcaron o la casilla de fines sociales o ambas casillas, es decir, esta y la de la Iglesia Católica.
Los programas financiados mediante la casilla 'actividades de interés social' fueron dirigidos, principalmente, a la infancia, a las familias, a la juventud, a las personas mayores, a las personas con discapacidad o a las personas en situación de vulnerabilidad.
El 77,72% de los 314.553 euros asignados a actividades de interés social fue para ONGs de acción social, el 19,43% fue para ONGs de cooperación al desarrollo y el 2,85% fue para programas de medio ambiente.
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Las ONGs burgalesas también precisan de estas aportaciones para su funcionamiento, lo que, al final, desemboca en mejorar la calidad de vida de personas en situaciones de dificultad. Tres beneficiarios de programas de ONGs que actúan en la provincia de Burgos han relatado su historia y cómo les ha ayudado que los contribuyentes marquen la X solidaria en la declaración de la renta.
Frederick tiene 26 años, es de Nigeria y solicitante de protección internacional. Llegó a España en junio de 2018. En Nigeria su vida era normal, trabajaba como informático en su tienda reparando móviles. La inestabilidad política marca la vida de los nigerianos. En una revuelta, los grupos armados contrarios al Gobierno destruyeron su tienda y se quedó sin nada. Entonces decidió viajar a Europa, su vida corría peligro y nadie le protegía. Viajó de Nigeria a Níger y después de dos meses llegó a Libia. Durante unos 10 meses estuvo trabajando en este país hasta conseguir el dinero para pagar su billete en una barca hinchable en la que viajaba junto a 150 personas y les debería llevar a Italia. Cuando estaban cerca de la costa, el Gobierno italiano cerró sus puertos y no pudieron entrar. Estuvieron 32 horas en el mar sin comida y sin saber qué pasaría con ellos. Tenían miedo hasta que llegó un barco y los rescató, allí estuvieron dos días hasta que España decidió acogerlos y les llevaron hasta Valencia. Seis personas murieron de las 150 que salieron de Libia. En Valencia estuvo dos semanas, pidió protección internacional y después le dijeron que le trasladarían a Burgos a un piso de ACCEM.
«El viaje fue divertido, vi muchas cosas de España. Llevo nueve meses viviendo en Burgos. Recibo clases de español, entiendo y hablo bastante bien. Estoy haciendo dos cursos, uno de comercio y otro de construcción. Hacemos salidas para conocer la ciudad y he descubierto que Burgos me gusta, es una ciudad tranquila. Marcando la X solidaria en tu declaración de la renta ayudarás a personas como yo. Mañana podrías ser tú el que lo necesite. Marca esta casilla, no tiene ningún coste para ti y con este pequeño gesto puedes ayudar mucho», reflexiona Frederick.
Andrés fue feriante. En 2011 estaba de albergue en albergue hasta que un compañero le dijo que había un sitio donde poder quedarse. En ese momento era adicto a las drogas, al alcohol y era ludópata.
Entró en 2011 en el CEIS de Fundación Lesmes, allí ha superado todas sus adicciones, incluso el trabajo.
Las adicciones le metieron una burbuja de autodestrucción y ahora está retomando el contacto con sus hermanos, también pudo retomarlo con su madre, tras años sin saber nada de ella, justo antes de que falleciera.
Reconoce que la ludopatía es de las peores adicciones porque las drogas y el alcohol ta dejan secuelas físicas pero no así la ludopatía.
No quiere volver a la calle, por lo que ahora su máxima preocupación es encontrar un trabajo. Ahora se siente preparado para afrontarlo y desarrollarlo.
Raúl tiene 39 años y desde el 1997 está en Apace (Asociación de Parálisis Cerebral), después pasó a ser socio. Años después entró en la Junta Directiva y desde el 2014 trabaja en el departamento de administración y lleva el programa de empleo de los usuarios.
Para Apace que se marque esta casilla es muy importante porque gracias a esto la asociación puede colaborar «con el desarrollo vital de todas las personas que tenemos parálisis cerebral y de nuestras familias», apunta Raúl.
Apace desarrolla varios programas como el de apoyo a la integración infantil, el de atención integral a personas con parálisis cerebral y afines, de bienestar familiar, un centro de neurorrehabilitación intensiva y el de inclusión sobre ruedas.
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