Benedicto XVI en los jardines de Castel Gandolfo. FOTO: REUTERS

Benedicto XVI se queda sin viñedo

Los responsables de los jardines de Castel Gandolfo arrancan las cepas por unos «normales trabajos de manutención»

darío menor

Corresponsal. Roma

Jueves, 16 de enero 2020, 20:53

El «humilde trabajador en la viña del Señor», como se presentó Benedicto XVI tras su elección como obispo de Roma el 19 de abril de 2005, se ha quedado sin viñedo. En una dramática coincidencia con la publicación de un libro en defensa del celibato ... sacerdotal escrito en parte por el Papa emérito, lo que ha sido interpretado por algunos como una injerencia en el magisterio de su sucesor, el miércoles el diario 'Il Messaggero' desveló que habían sido arrancadas las viñas de los jardines de Castel Gandolfo.

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Fueron un regalo que le hizo en septiembre de 2012 a Joseph Ratzinger la Coldiretti, la principal asociación de agricultores italianos. Las cepas, de las variedades 'Trebbiano' (blanca) y 'Cesanese di Affile' (tinta), se plantaron en una explanada junto a una estatua del Buen Pastor situada en una esquina de gran belleza de la zona verde de este complejo pontificio situado al sureste de Roma, donde los papas solían pasar las vacaciones estivales.

Jorge Mario Bergoglio prefiere en cambio quedarse los veranos en el Vaticano, por lo que abrió al público las puertas del magnífico palacio de Castel Gandolfo. Su interior puede visitarse desde octubre de 2016, dos años después de que comenzaran los recorridos guiados por los jardines de las Villas Pontificias donde estaba situado el viñedo. Según informaron a este diario fuentes vaticanas, la retirada de las cepas habría estado motivada por unos «normales trabajos de manutención y optimización de los espacios» y no tendría relación alguna con la publicación del polémico libro. La zona donde se encontraba antes la viña se ha decorado ahora con plantas que florecerán en primavera. Se ha dejado además allí una cepa en recuerdo del pasado. Un nuevo viñedo será plantado en un área diferente del complejo donde pueda trabajarse con medios mecánicos.

Con sus alrededor de 30 hectáreas de extensión, las zonas verdes de las Villas Pontificias incluyen tanto jardines como una explotación agropecuaria con 1.400 olivos, cuyas aceitunas se transforman allí mismo en aceite, pues el palacio cuenta con su propia almazara. Se crían además unas 80 cabezas de ganado bovino y unas 800 gallinas en recintos al aire libre. También hay 35 colmenas. La miel, la leche, el yogur, los huevos y el resto de productos se venden en el supermercado que existe dentro de la Ciudad del Vaticano y en la pequeña tienda ubicada dentro del complejo.

Dejar de ser la residencia estival del Papa ha obligado a Castel Gandolfo a reinventarse. «Comienzo a ver una progresiva transformación hacia un polo cultural que podrá unir el aspecto turístico al cultural», reconocía el pasado mes de septiembre en una entrevista con 'L'Osservatore Romano' Andrea Tamburelli, director de las Villas Pontificias. La polémica de esta semana va a facilitar esa transformación, pues brinda dos nuevos puntos de interés para los visitantes: el lugar donde estaba el viñedo de Benedicto XVI y aquel donde van a plantarse ahora las cepas de Francisco.

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