Foto EFE

La oposición a Francisco utiliza a Benedicto XVI para evitar cambios en el celibato sacerdotal

Se publica en Francia un polémico libro con un texto del Papa emérito en el que se muestra en contra de que hombres casados accedan al sacerdocio en zonas remotas de la Amazonia

Darío Menor

Roma

Lunes, 13 de enero 2020

La oposición interna a Francisco no duda en echar mano de Benedicto XVI para tratar de desgastarle. El Papa emérito se ha visto envuelto a sus 92 años en una operación para intentar marcarle límites a su sucesor en uno de los debates más ... encendidos que afronta hoy la Iglesia católica: la posible ordenación sacerdotal de hombres casados en algunas zonas remotas de la Amazonia donde haya escasez de curas. El sector eclesial más conservador está frontalmente en contra de esa eventual reforma.

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Después de que el pasado domingo el diario francés 'Le Figaro' anunciara la publicación de un libro en defensa del celibato sacerdotal firmado por Benedicto XVI junto al cardenal guineano Robert Sarah, una de los purpurados que demuestra más incomodidad con Jorge Mario Bergolgio, fuentes del entorno del Papa emérito aseguraron ayer al 'Corriere della Sera' que el anterior Pontífice «no escribió un libro a cuatro manos con Sarah y nunca vio ni autorizó la portada» del volumen.

'Desde lo más profundo de nuestros corazones' (editorial Fayard), que llega a las librerías de Francia, se presenta como escrito de forma conjunta por Benedicto XVI y por Sarah, cuyos nombres y fotografías aparecen la cubierta. En el texto, el Papa emérito califica el celibato sacerdotal de «indispensable». El purpurado guineano prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, consideró que eran «difamatorias y de excepcional gravedad» las informaciones sobre la supuesta manipulación por su parte del texto de Joseph Ratzinger.

Para probar su versión publicó en las redes sociales varias cartas en las que el Papa emérito habla de unas notas sobre el celibato que le habría entregado a Sarah. En una de las misivas, Benedicto XVI afirma que el texto «puede ser publicado en la forma prevista por usted», aunque en ningún sitio se habla de la portada del libro ni de que fuera a aparecer firmado por ambos.

El volumen provocó una enorme polvareda en el Vaticano por tratarse de una aparente injerencia del Papa emérito en el gobierno de su sucesor, así como una contradicción con lo que dijo al renunciar al pontificado en 2013, cuando anunció que permanecería «escondido para el mundo». El libro sale a la luz a pocas semanas de que Francisco publique la exhortación apostólica tras el Sínodo de la Amazonia celebrado el pasado octubre, en el que se debatió sobre la posible ordenación de hombres casados para paliar la falta de curas en esta región. El documento final de la asamblea se mostró favorable a esta medida destacando que los interesados debían contar con una amplia experiencia previa como diáconos.

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'Corriere della Sera' y otros medios desvelaron que fuentes muy cercanas a Joseph Ratzinger consideraron el libro «una evidente operación editorial y mediática, de la que Benedicto XVI se distancia y se manifiesta totalmente ajeno». Al parecer, el cardenal Sarah supo que el Papa emérito estaba escribiendo desde hace meses unos apuntes sobre el sacerdocio y le pidió verlos, a lo que éste accedió al saber que el purpurado guineano trabajaba en un libro sobre la misma materia.

Según los extractos ofrecidos por 'Le Figaro', El Papa emérito y el 'ministro' de la Curia romana responsable de la liturgia justifican su intervención echando mano de una cita de San Agustín. «Como él, podemos decir: no podemos callar», afirman, asegurando que plantean su tesis «con un espíritu de amor y unidad en la Iglesia. Si la ideología divide, la verdad une los corazones».

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Benedicto XVI subraya en 'Desde lo más profundo de nuestros corazones' que el celibato sacerdotal «tiene un gran significado» y que resulta «indispensable para que nuestro viaje hacia Dios siga siendo la base de nuestra vida». El libro, según comentan sus autores, trata de responder al «alboroto creado por un extraño Sínodo mediático que ha prevalecido sobre el Sínodo real». A Francisco le toca ahora recoger el guante que le lanzaron los padres sinodales y decidir si abre o no esta puerta que tendría importantes consecuencias para la Iglesia. Debido a las fuertes controversias, en Roma no se descarta que Bergoglio opte por una solución intermedia y ordene que la cuestión se estudie más en profundidad antes de su eventual aprobación.

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