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Convento del Espíritu Santo en el tercer tomo de 'Historia de la Villa y Corte de Madrid'(1842). R. C.

Bajo los pies de sus señorías

El edificio principal del Congreso de los Diputados se alza sobre las tumbas del convento del Espíritu Santo, de las que solo se han sacado varios huesos y cráneos

Lunes, 16 de octubre 2023, 18:49

Los misterios y leyendas de Madrid forman parte de la misma esencia de este «poblachón manchego», tal como llama Azorín a la ciudad. Y es que si primero se conquistaron ciénagas y pantanos para urbanizar, véase la plaza Mayor, luego se derribaron cuarteles, palacios, conventos ... o camposantos.

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Famoso es el caso de la desaparecida Sacramental de San Martín, que estaba en lo que hoy es el popular barrio de Chamberí. De grandes dimensiones, el cementerio fue clausurado y luego el suelo fue urbanizado. La zona se llamó el 'campo de las calaveras' porque no son pocas las obras que sacan a la luz huesos y cráneos procedentes de las antiguas tumbas.

Hace una veintena de años y en el mismo barrio, unas obras de mejora de la calefacción del Tribunal Supremo dieron con el osario de las religiosas que habitaron el edificio de la plaza Villa de París. Estaba bajo la escalera principal de la sede judicial, antes convento de la Visitación, más conocido como de las Salesas Reales._Sus sótanos sirvieron de sepultura a las religiosas.

Otro camposanto oculto se encuentra bajo el edificio principal del Congreso de los Diputados. En sus tumbas todavía yacen los finados, tal como recordaban el escritor e investigador Javier Sierra y el vicesecretario general del PP, Esteban González Pons, en la cadena Cope durante la fallida investidura de Alberto Núñez Feijoó. Cuenta la historia que en 1823 el duque de Angulema, que vino a España con los Cien Mil Hijos de San Luis para devolver el poder absoluto a Fernando VII, se encontraba oyendo misa en el convento del Espíritu Santo cuando se desató un incendio. Tras el siniestro el edificio, que dominaba la carrera de San Jerónimo, fue desalojado y estuvo vacío hasta que en 1834 la reina regente María Cristina decretó que la iglesia fuese la sede de las Cortes Generales.

Los monjes y la marquesa

La reforma no gustó nada a sus señorías, por lo que en 1837 las Cortes Constituyentes decidieron levantar un nuevo edificio en el lugar. El 21 de marzo de 1842 se inició la demolición del convento y el 10 de octubre de 1843 Isabel II puso la primera piedra del nuevo palacio del Congreso de los Diputados, inaugurado el 31 de octubre de 1850.

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Sin embargo, ni a los políticos, a los arquitectos o a los constructores se les ocurrió desenterrar a los religiosos cuyos restos reposaban en los sótanos del convento. Entre ellos estaba, además, el cuerpo de Magdalena de Guzmán, marquesa de Guajaca, nuera de Hernán Cortés y promotora de la construcción del malogrado cenobio -hubo uno anterior con el mismo nombre y en la misma calle-, cuyo personaje recoge González Pons en su libro 'El escaño de Satanás'.

Desde que en 2009 unas obras descubrieron los restos humanos corre la chanza de que Magdalena aprovecha la ausencias de sus señorías entre los periodos de sesiones para salir de su tumba y estirar sus huesos por los pasillos, los despachos y el célebre hemiciclo de la Cámara.

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