Australia se ha convertido en un país pionero a la hora de regular todos los contenidos (noticias, reportajes, informaciones) que las grandes compañías tecnológicas como Google y Facebook publican en sus plataformas, pero cuyo contenido procede del trabajo de los medios de comunicación de ... ese país. Se trata de una práctica que las multinacionales han llevado a cabo de forma gratuita al no existir una regulación. Al igual que sucede en otros países, Google y Facebook han creado todo un modelo de negocio al comercializar publicidad sobre contenidos ajenos que eran capaces de agregar en páginas a las que atraían a miles de usuarios gracias a su posición dominante en Internet.
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A partir de ahora, compañías como Google o Facebook tendrán que pagar a los medios locales por todos esos contenidos, tal y como establece la ley recién aprobada por la Cámara de Representantes de Australia. Una norma que les obliga a abonar por esas noticias que se comparten en ellas, que generan tráfico y, con ellos, movimientos de publicidad. La nueva regulación llega a ese país tras años de desavenencias entre las autoridades australianas y los gigantes tecnológicos. Ahora, el conocido como código de medios se ha hecho realidad después de las modificaciones de última hora introducidas esta semana, tras el cumplimiento de la amenaza de Facebook de dejar de operar en el país.
Este código «garantizará que las empresas de medios de comunicación reciban una remuneración justa por el contenido que generan, lo que ayudará a mantener el periodismo de interés público en Australia», han añadido el tesorero australiano, Josh Frydenberg, y el ministro de Comunicaciones, Paul Fletcher, en un comunicado conjunto. A pesar de las discrepancias, en el comunicado resaltan que el Gobierno está «complacido de ver el progreso de Google y más recientemente de Facebook en lograr acuerdos comerciales con empresas de medios de noticias australianos».
Tres años de lucha después, tanto Google como Facebook han suscrito acuerdos con medios australianos, aunque siguen manteniendo sus críticas a la ley. Los editores de los contenidos periodísticos percibirán una compensación económica al ser utilizados en las grandes plataformas de Internet mientras que esas compañías podrán seguir utilizándolos como reclamo.
Esta ley se convierte en la primera normativa del mundo en regular la publicación de noticias y obligar a las plataformas a pagar por el contenido que se comparte, aunque según ha especificado el primer ministro australiano, Scott Morrison, diversas naciones ya han mostrado interés por esta legislación, como Canadá o Reino Unido.
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