DNI, de la cartera al móvil

Sin ermbargo, el próximo carné podrá no ser físico. Estará integrado en el teléfono móvil, según anunció este miércoles el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación del libro 'El DNI y los españoles. 75 años de historia en común'. «Nuestro proyecto convertirá los 'smartphones' en soportes de identidad digital que permitirán a los ciudadanos acreditar sus datos de filiación, domicilio, firma manuscrita y validez del DNI», dijo el ministro.

El llamado Proyecto DNI 4.0 culminará una estrategia de evolución impulsada por la Dirección General de la Policía, con la colaboración de la FNMT, para dotarlo de «mayores fortalezas contra los ciberdelitos, más seguro para el comercio telemático y más ágil en la gestión de las relaciones con las administraciones públicas y con organismos privados, porque somos conscientes de que el DNI es, sin duda, la piedra angular de toda la administración electrónica», ha señalado el ministro del Interior.

Pero no siempre ha sido así. El popular carné de identidad arrastra 75 años de historia. El DNI nació el 2 de marzo de 1944. Ese día Francisco Franco firmó el decreto que regulaba el primer DNI de la historia y que venía a sustituir a las células de seguridad o los pasaportes de identidad que estaban vigentes que eran una evolución de la cédulas de seguridad o los pasaportes de identidad. Aquilino Riusset Planchón fue su diseñador tras ganar el concurso convocado por el régimen, dotado con 30.000 pesetas. Era de color verde. Estaba escrito a mano, con la fotografía del sujeto y su huella dactilar, fecha de de nacimiento, el sexo, la profesión. En el mismo documento se veía el escudo con el águila y la bandera de España. El DNI se completaba con un número personal que acompañaría al titular hasta su muerte.

El proceso de identificación de los españoles con el documento nacional de identidad comenzó en 1951 en las ciudades de Madrid, Zaragoza y Valencia. El primer carné, con el número 1, fue para Franco y los siguientes para su esposa, el 2, y para su hija, el 3. Apartir del 10 los DNI eran para la Familia Real. El rey Juan Carlos es el 10 y doña Sofía el 11, las infantas Elena (12) y Cristina (14) y el rey Felipe tiene el 15. La princesa Leonor es el 16 y la infanta Sofía, el 17. La reina Letizia tiene su DNI anterior al matrimonio. A partir del número 100 y hasta el 158 los documentos fueron para los dirigentes del régimen y desde el 1.000 a los integrantes de aquel gobierno y sus familiares. Luego para el resto de los españoles. No hay DNI 13 nada más que por superstición.

No fue hasta 1962 cuando el Gobierno acordó actualizar el DNI, que pasó a ser de color azul. Este carné tuvo hasta cuatro variantes y llegó a incluir el estado civil o el grupo sanguíneo –si el titular lo conocía-. Ya no figuraba el sexo del titular. A partir de 1977, con la llegada de la democracia, se quita el escudo del águila y se suprime el estado civil.

La verdadera transformación del DNI se produjo a principios de los años 90, cuando el documento se comenzó confeccionar en la Fábrica de Moneda y Timbre. Fue una revolución dado que del tamaño tarjetón se redujo hasta unas dimensiones un poco más grandes actual modelo –esto redundó para bien en la disminución del tamaño de las carteras de los ciudadanos-. De tonos pardos anaranjados incorporó fotos en color y suprimió la huella dactilar. Desde 2000 se emite en catalán, valenciano, mallorquín, euskera o gallego.

En 2006, el DNI volvió a reducirse hasta el tamaño actual. Dejó de ser un documento plastificado para convertirse en una tarjeta de policarbonato grabada a láser y con un chip con datos del titular. Se podía conectar a equipos informáticos –aunque el chip se convirtió en un engorro porque se desprendía con facilidad del carné-.

El actual documento nacional de identidad se emite desde 2015. Es similar al anterior, pero se denomina 3.0. Cuenta con el chip en la parte posterior, en lugar de delante, y lleva dos antenas que le permiten interactuar con los teléfonos inteligentes y otros elementos de seguridad.