Interior del albergue en el que vive Juan Pedro tras perder su casa y trabajo. R.C

Más de un año preso por un crimen que no había cometido

El expreso malvive en un albergue de Cáritas en Toledo después de haber perdido su casa y su trabajo tras ser encarcelado injustamente por la muerte de su madre

J.M.L.

Toledo

Martes, 27 de junio 2023, 11:30

La Justicia no siempre es justa y a veces comete graves errores imposibles de corregir. Es el caso de Juan Pedro, un vecino de Toledo que ha permanecido 14 meses en la cárcel acusado injustamente de haber matado a su madre. Juan Pedro, de 52 ... años, ha contado su historia a la radio autonómica de Castilla-La Mancha desde el albergue de Cáritas Diocesana en Toledo donde se cobija cada día después de haber perdido su casa y su trabajo.

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Su particular pesadilla comenzó el 10 de enero de 2020 cuando al volver del trabajo encontró el cadáver de su madre, de 82 años, en el domicilio familiar situado en la planta baja de una casa de tres pisos situada en el número 37 de la calle de la Fuente, en el toledano barrio de Santa Bárbara. La mujer presentaba golpes en la cabeza y en el resto del cuerpo. Juan Pedro avisó entonces a las fuerzas de seguridad y comprobó con estupor que él era el principal sospechoso. Los investigadores barajaron la hipótesis de que el hijo hubiera matado a la madre antes de ir a trabajar y que diera el aviso cuando regresó ya que la puerta de entrada de la vivienda no había sido forzada. Fue detenido e imputado por un presunto delito de asesinato agravado y un delito de agresión sexual e ingresó en prisión provisional comunicada y sin fianza por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Toledo.

«La Policía me echó la culpa y me metieron en la cárcel hasta que los forenses me sacaron de ella porque no había hecho nada», explica. Y es que después de 14 meses en prisión, el informe definitivo de la autopsia aclaró que la muerte había sido accidental y descartó del todo la agresión sexual a la octogenaria. En concreto, la autopsia calificó el fallecimiento como «de etiología legal indeterminada» por una caída al suelo de la mujer ante la puerta del aseo.

Sin trabajo ni casa

Fue entonces cuando comenzó la segunda parte de su pesadilla: algunos vecinos siguieron pensando que era culpable e incluso uno llegó a agredirlo. «Después de salir de la cárcel hace dos años no tenía trabajo y tampoco casa porque llevaba 14 meses sin pagar el alquiler. Además, me había quedado sin coche porque lo aparqué en zona azul, se lo llevaron al depósito y me reclamaban 5.000 euros», recuerda.

Con sólo 90 euros en el bolsillo estuvo un par de semanas en la calle «hasta que gracias a una vecina conocí a una voluntaria de Cáritas que supo de mi situación», relata Juan Pedro. Así empezó a recibir ayuda de esta ONG que actualmente le tiene asignada una plaza en el albergue «Cardenal González Martín», en pleno casco histórico de Toledo. Juan Pedro se aferra a su esperanza de poder cobrar una indemnización o una pensión que le permita recuperar una vida normal -«aunque sé que soy otra persona», dice- alquilando un piso y dejando atrás el albergue de transeúntes.

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De su paso por la cárcel no guarda malos recuerdos «porque no tuve ningún problema». «Ahora ya no me siento rechazado socialmente porque todo se ha aclarado, me he vuelto más callado desde que salí de prisión y no he vuelto a comer palmeras de chocolate porque cuando estuve en la calle no comía otra cosa de un chino cercano», confiesa Juan Pedro, que también confía en que su antigua empresa vuelva a contratarlo.

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