La popularización del aire acondicionado y la calefacción en los hogares españoles ha evitado decenas de miles de las muertes que en décadas anteriores se registraban cada año como consecuencia de las temperaturas extremas, tanto fuesen por frío como por calor.
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De hecho, se puede ... afirmar que el desarrollo socioeconómico del país ha hecho bastante más por la reducción de la mortalidad, sobre todo la causada por las altas temperaturas, que otras medidas específicas como los sistemas de alerta de las olas de calor. Así lo defienden los especialistas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el centro de investigación impulsado por la Fundación La Caixa que ha realizado este estudio publicado en la revista científica Environment International.
El equipo de expertos dirigido por Hicham Achebak se centró en tratar de determinar qué factores demográficos y socioeconómicos podían haber contribuido a que pese al notable aumento de las temperaturas registrado en España en los últimos 40 años el número de muertes por calor, pero también el de los decesos causados por el frío, hubiesen tenido un descenso progresivo y muy significativo.
Para ello los investigadores recopilaron datos de mortalidad diaria por todas las causas y de las variaciones del clima (temperatura y humedad relativa, principalmente) de las 48 provincias que conforman la península ibérica y el archipiélago balear entre el comienzo de los 80 y diciembre de 2018. Esos datos los relacionaron con otros catorce indicadores, entre ellos variables como vivienda, ingresos familiares, equipamientos, educación, para igual período de tiempo.
El análisis constató un notable descenso de la mortalidad vinculada a la temperatura pese a que en las últimas cuatro décadas el incremento medio de los termómetros en España fue de unos 0,36 grados por decenio, un aumento aún más pronunciado en los meses de verano, cuando la subida media por década fue de 0,40 grados centígrados.
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Los trabajos concluyen que el elemento determinante de los descensos progresivos de decesos fue la cada vez mayor presencia del aire acondicionado y de la calefacción en los hogares españoles. En concreto, el equipo de Achebak atribuye a la proliferación de los aparatos que permiten enfriar las estancias domésticas y los lugares de trabajo la reducción del 28,6% de las muertes por calor lograda en los últimos cuarenta años y el descenso del 31,5% de los fallecimientos por las olas de calor extremo. Los científicos, no obstante, subrayan la disparidad de este beneficio de salud según las provincias, ya que en muchos hogares «el aire acondicionado sigue siendo inasequible».
Las calefacciones suponen un avance muy semejante, pues habrían reducido las muertes por frío en un 38,3% en cuarenta años y en un 50,8% si solo se atiende a los decesos por frío extremo. La mortalidad por frío habría bajado aún más, dicen, si no hubiese sido por el notable aumento de los mayores de 65 años.
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