Agosto ha comenzado casi tan negro como terminó julio. En menos de 24 horas tres mujeres han perdido la vida en España a manos de sus esposos, en lo que parece la funesta continuación de un dramático mes de julio con ocho fallecidas en otros ... tantos crímenes machistas.
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El último de los homicidios se produjo ayer, al comienzo de la tarde, en la población tinerfeña de San Cristóbal de La Laguna, en concreto en la pedanía de Valle de Guerra, un núcleo de población rural que no alcanza los 6.000 habitantes.
Según las primeras investigaciones realizadas por inspectores de la Policía Nacional, un nonagenario que podría sufrir algún tipo trastorno psicológico habría matado a golpes en la cabeza a su mujer, de 91 años, un año más joven que él. Las circunstancias concretas de la muerte las tendrá que certificar la policía científica de la isla canaria y la autopsia, pero las primeras hipótesis apuntan a que podría haberla atacado con un palo. No existe constancia de denuncias previas por malos tratos.
El homicidio se produjo solo seis horas después de otro crimen machista en Pozoblanco, una población ubicada en la cordobesa comarca de Los Pedroches. Un mujer muy alterada telefoneó sobre las 8:00 horas a la Policía Local para explicar que había encontrado a una amiga tirada en el suelo de su casa junto a un charco de sangre.
Cuando los agentes en unión de miembros de la Guardia Civil llegaron al domicilio hallaron cerca del cadáver el cuerpo de su marido, un hombre del que estaba en pleno proceso de divorcio, y junto a ellos una escopeta. Las pesquisas iniciales apuntan a que el varón, de 39 años, disparó sobre su mujer, de 31, y luego se suicidó con la misma arma. La víctima había denunciado a su verdugo hace más de cinco años por malos tratos, pero no había medidas de protección vigentes.
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El matrimonio, que llevaba casado casi una década, tenía tres hijos menores, una de los cuales, de unos tres años, se encontraba en la casa cuando sucedió el crimen. Los tres están bajo custodia de los servicios sociales.
Exactamente igual que los tres hijos de un vecino de Almería que el lunes, poco después de las cinco y media de la tarde, fue detenido por degollar en casa a su mujer. Los tres pequeños, de 9, 8 y cinco meses, presenciaron cómo su padre mataba a su madre con un cuchillo de cocina y luego trataba de evitar la detención usando a uno de los niños como escudo frente a la Policía. No había denuncias previas contra el homicida.
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Julio y agosto vuelven a confirmar que son dos focos anuales de asesinatos machistas. El mes pasado, con ocho muertas, terminó con tres crímenes en cuatro días. Ya son 35 en lo que va de año y 39 menores huérfanos.
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