Los adolescentes españoles son los más respetuosos con las personas de otras culturas

Pese a cosechar unos resultados mediocres en Matemáticas, Lengua y Ciencias, una constante desde el inicio de las pruebas hace más de 20 años, los estudiantes españoles se han colado en esta edición en el grupo de países punteros del planeta en 'Competencia global', una capacidad que PISA mide por primera vez y que describe la soltura y la competencia de estos adolescentes a la hora de moverse en un mundo interconectado. «La capacidad pluridimensional que aúna el saber examinar cuestiones locales, globales e interculturales; comprender y apreciar distintas perspectivas y puntos de vista; saber interactuar de forma respetuosa con los demás; y emprender acciones para el bien común y el desarrollo sostenible», según la propia definición oficial.

Los alumnos españoles, en su mayoría pertenecientes a tercero de la ESO, lograron puntuar de media 512 puntos en esta evaluación, lo que les coloca como los sextos mejores del mundo -por detrás de países o regiones punteras como Singapur, Canadá, Hong Kong, Escocia o Taiwan- y 13 puntos por encima de la media de los países de la OCDE, que fue de 474. El 68% de los 35.000 alumnos de los más de 1.000 centros educativos de todas las autonomías que realizaron la prueba en la primavera de 2018 superan el nivel básico, tres puntos por encima de la media internacional, y el 6% alcanzó las puntuaciones más altas, un punto más que el conjunto de países, según los datos dados a conocer hoy.

Los españoles superan la media de los países desarrollados en casi todos los apartados medidos en la evaluación de 'Competencia global', pero destacan especialmente en dos aspectos, donde logran la mayor puntuación mundial: son los adolescentes más respetuosos con las personas de otras culturas y los que muestran más facilidad para adaptarse a los cambios culturales y a entornos novedosos.

Pero no es lo único en que destacan. Son unos de los alumnos más tolerantes y comprensivos con la inmigración -el 89,3%, nueve puntos sobre la media, defiende que tienen que tener iguales derechos que los demás-, tienen fuerte conciencia medioambiental -el 83%, seis puntos más, cree importante cuidar el planeta-, demuestan preocupaciones sociales -el 73%, seis puntos más, abogan por combatir la pobreza en el mundo-, y destacan también en el trabajo escolar para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres, que lo realiza el 90%, y en entrenar la resolución de conflictos.

Las alumnas destacan con claridad por su capacidad de desenvolverse en la sociedad globalizada, ya que de media obtienen 24 puntos más que los chicos en las pruebas, y los estudiantes de entornos más desfavorecidos logran una puntación media notablemente más baja (79 puntos menos), pero la diferencia es menor que en el conjunto de participantes (-84).

Los buenos resultados de los alumnos españoles en estas competencias y habilidades se puede decir que es generalizada, pues 13 de las 17 autonomías tienen incluso mejor nota media que la ya buena de país y solo las ciudades autónoma de Melilla (473) y Ceuta (438) se quedan ligeramente por debajo de los 474 puntos de media de la OCDE. Las comunidades con las que mejores puntuaciones son Castilla y León (534 puntos), Asturias (527), y Aragón y Cantabria (526). Solo quedan por debajo de la media española Extremadura (499), Canarias y Andalucía (501), y Comunidad Valenciana (506).

La importancia y oportunidad para PISA de evaluar esta nueva competencia la explica el propio director de la prueba, Andreas Schleicher. «Para encarar la globalización, esta generación requiere nuevas capacidades. Tanto en ambientes empresariales tradicionales como en los más innovadores, los jóvenes necesitan colaborar con personas de diferentes disciplinas, culturas y sistemas de valores, con el propósito de solucionar problemas complejos y crear valor económico y social»