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Álvaro Frías y Juan Cano
Málaga
Martes, 6 de abril 2021, 11:31
La Fiscalía de Málaga hace un relato estremecedor de los hechos, un infierno que asegura comenzó a sufrir una joven cuando solo tenía doce años. Quien se lo hizo vivir fue su novio, así lo afirma el Ministerio Público, desde donde se insiste en que ... la maltrató, la vejó y la violó cuando solo era una adolescente. Precisa que la dejó embarazada y que ella cortó la relación porque él no se quería hacer cargo del bebé, tras lo que presuntamente fue acosada.
El fiscal explica que el acusado y la víctima mantuvieron una relación sentimental que comenzó en el verano de 2010 y concluyó en el de 2015, periodo durante el cual asevera que la insultaba y vejaba con frecuencia, diciéndole palabras como «puta, guarra y sinvergüenza». Cuando empezaron, según se recoge en el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público, al que ha tenido acceso este periódico, ella era solo una adolescente de 12 años, mientras que él era ya mayor de edad, con 21.
Mantuvieron relaciones sexuales cuando ella tenía 12 años en el coche de él en Alhaurín de la Torre (Málaga). Desde la Fiscalía se indica que algunas eran consentidas, aunque hay que recalcar que la joven no había llegado aún al límite legal del consentimiento para mantener relaciones sexuales, que el Código Penal fijó, tras su última reforma de 2015, en 16 años. Antes, la edad mínima del consentimiento en España era 14 años, una de las más bajas de Europa; de hecho, el Comité de Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ya había solicitado a España en varias ocasiones que elevase ese límite legal. Por debajo de esa edad (antes 14, ahora 16) se entiende que el consentimiento para mantener relaciones con adultos está viciado y, por tanto, se considera abuso.
Pero el fiscal va más allá y, en su relato de hechos, asegura que, en al menos cuatro ocasiones, la violó. Precisa que la agarraba de los brazos, le quitaba o le arrancaba la ropa, y la agredía sexualmente. Al parecer, se ponía encima y la inmovilizaba, haciéndole daño y hasta le daba bofetadas. El representante del Ministerio Público mantiene que estos hechos ocurrían, la mayoría de las veces, en la casa del procesado en Churriana, «llegando ella a quedarse embarazada en abril de 2015, cuando tenía 16 años».
Al respecto, precisa que ese mismo verano, como él no se quería hacer cargo de ella y del futuro bebé, la joven rompió la relación. Entonces empezaron los capítulos de acoso, según el fiscal.
Cuando no eran pareja, en la playa de Guadalmar, señala que intentó besarla y que le hizo tocamientos en sus partes íntimas, a lo que ella se opuso apartándolo en varias ocasiones. Al parecer, mientras tanto le decía insultos como «puta, tonta o gorda».
En otra ocasión, tras el verano en el que la adolescente cortó la relación, el procesado habría ido a la vivienda de su exnovia. Al verla, supuestamente, la empujó y habría tratado de meterla en un coche, algo que no consiguió gracias a que la joven se resistió.
Se trata de un acoso que se habría repetido en el tiempo, siempre según la Fiscalía, desde donde se asegura que el acusado siguió hasta cinco veces a la víctima después de que lo dejara. Presuntamente acudía a los lugares que ella frecuentaba, como el gimnasio, pidiéndole volver, lo que provocó que la joven dejara de salir sola a la calle por miedo.
A finales de septiembre de 2015, la adolescente puso una denuncia contra el procesado, ya que sentía miedo tanto por ella como su familia. El fiscal mantiene que, el día que la interpuso, el acusado sorprendió a la madre de la víctima cuando llevaba a su hermano al colegio, cogiéndola por los brazos y zarandeándola, mientras le decía a gritos que quería estar con su hija.
Tras hacer este relato de hechos, desde el Ministerio Público se considera que el procesado es responsable de más de media docena de delitos. En concreto, le acusa de agresión sexual de carácter continuado, abuso sexual, maltrato, coacciones, acoso, vejaciones y lesiones, siendo los dos últimos, según su calificación, de carácter leve.
Respecto a los dos primeros, el fiscal establece que concurre la circunstancia agravante de parentesco, por lo que solicita a los magistrados de la Audiencia Provincial de Málaga que juzgarán este caso que le impongan al acusado una pena de 21 años y medio de prisión. Además, pide que se le condene también a 30 días de localización permanente, al pago de una multa de 720 euros y que se le prohíba acercarse y comunicarse con su exnovia durante 26 años.
Tampoco podrá hacerlo, si se cumplen las pretensiones del Ministerio Público con la madre de la joven, en su caso, durante seis meses. Asimismo, de ser condenado en base a lo que solicita el fiscal, deberá indemnizarla con 90 euros y con 8.000 a su expareja.
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