La población ucraniana en Burgos era ya importante antes de que Rusia invadiera el país. Lo demostró el hecho de que, nada más estallar la guerra, se movilizarse un importante grupo de residentes y lanzase la primera campaña de ayuda solidaria desde la parroquia de ... Nuestra Señora del Rosario en el barrio de Fuentecillas. Ahora, más de un año después, esa población ha crecido.
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Así lo demuestran los datos provisionales que ofrece el INE, el Instituto Nacional de Estadística, que recoge información específica sobre la población ucraniana en España. A fecha 1 de enero de 2022, el último padrón actualizado, había en Burgos 210 residentes procedentes de Ucrania. La cifra permanecía estable año tras año, sin nuevos empadronamientos destacados.
Sin embargo, desde que estalló la guerra, se han empadronado 405 ucranianos. Ello supone un nada desdeñable incremento del 200 %, aun teniendo en cuenta que habrá personas que tras estar empadronadas en Burgos se hayan marchado, bien a otras ciudades, bien de regreso a su país. Habrá que esperar a datos más actuales del padrón para saber el aumento en este primer año de la guerra.
Eso sí, de la estadística del INE se desprende que marzo y abril de 2022 fueron los meses con mayor número de empadronamientos. El primero tras la invasión supuso 81 registros en Burgos, mientras que el segundo fueron 111. También destacan los 64 de octubre. Hay otros meses con menor número de nuevos inscritos, como los 3 de diciembre o los 5 del pasado marzo.
Si bien faltan los datos definitivos, con los que poder conocer sexo y edad de los ucranianos empadronados en Burgos, sí sabemos que son mayoría las mujeres y los niños, pues los hombres se han quedado a luchar en la guerra. Lo hemos visto durante todos estos meses, en los testimonios que se han recabado y en el trabajo realizado por organizaciones.
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De ahí que también haya aumentado el número de niños ucranianos escolarizados. A fecha de 31 de diciembre, la última actualizada, eran 164. A principios de curso la cifra estaba en 149, y en mayo del pasado año, cuando ya se habían tramitado numerosas solicitudes de escolarización ante la llegada de familias refugiadas, eran solo 128. Eso sí, casi el doble de los que había en abril.
Junto con la escolarización de los niños, la vivienda y el empleo son las grandes preocupaciones de las personas refugiadas en Burgos. Sin olvidar lo que está pasando en su país, los ucranianos han llegado huyendo de la guerra quieren asentarse en Burgos, encontrar una vivienda y un trabajo para integrarse mientras estén en la ciudad (aunque en su corazón siempre esperan volver a su país).
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Y si bien no lo tienen fácil, van encontrando trabajo. A fecha de 31 de diciembre, el número de ucranianos afiliados a la Seguridad Social en Burgos asciende a 178. No es la cifra más alta registrada desde que estalló la guerra. El verano pasado se contabilizaron más de 190 de afiliados. Mientras, el número de parados es bajo, 52, aunque superior a los 9 de hace un año.
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