No fue la victoria soñada, pero al menos fue una victoria. El Hereda San Pablo Burgos sumó hoy su tercer triunfo de la temporada tras imponerse en Pumarín a un Alimerka Oviedo muy mermado por las bajas que por momentos puso contra las cuerdas a ... los hombres de Paco Olmos.
Publicidad
De hecho, el cuadro burgalés se vio en la obligación de remontar el encuentro tras un primer cuarto para olvidar, en el que ofreció muchas dudas, tanto en ataque como en defensa. Un cambio de dinámica mediado el segundo cuarto permitió a los azulones enmendar sus propios errores y tomar el control del electrónico en un partido muy trabado al que los asturianos se agarraron en todo momento.
Alimerka Oviedo
Pruitt (12), Meana (13), Arteaga (7), Domenech (14), Gonzáez (10) -quinteto inicial-; Comendador (2), Casanova (-), Andrejevic (1), Peñarroya (-), Bigirumwami (-).
59
-
70
Hereda San Pablo
Corbalán (5), Álex López (13), Hermanson (8), Obi (2) y Mahalbasic (12) -quinteto inicial-; San Miguel (2), Van Zageren (13), Kacinas (10), Barrera (3), Norelia (2).
Cuartos: 19-9, 9-17 (descanso); 9-17, 22-27.
Árbitros: Paula Lema, Juan Gabriel Carpallo y Fernando Ibáñez.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la LEB Oro disputado en el pabellón de Pumarín de Oviedo ante unos 2.000 espectadores. Varios cientos de aficionados burgaleses en las gradas.
El encuentro se puso cuesta arriba para el San Pablo a las primeras de cambio. Y es que, a pesar de saltar al parqué de Pumarín lastrado por las bajas, el Oviedo echó mano de orgullo y tensión competitiva para anular a los hombres de Paco Olmos en todas las zonas del campo. Una asfixiante intensidad defensiva, unida a una buena selección de lanzamientos, permitió a los asturianos coger las primeras ventajas y abrir brecha en el marcador en apenas unos minutos.
Un triple de Pruitt a falta de cuatro minutos puso al Oviedo 11 arriba (15-4) ante un San Pablo totalmente superado por las circunstancias, incapaz de leer los ataques rivales, muy blando en la pintura y sumamente errático en el perímetro. De hecho, los burgaleses no anotaron su primer triple hasta la recta final del segundo periodo.
Olmos paraba el juego a las primeras de cambio, en busca de un revulsivo capaz de hacer que los suyos superaran la presión defensiva rival, pero los lanzamientos forzados se sucedían y el San Pablo no daba con la tecla, acabando el cuarto diez abajo (19-9).
Publicidad
El cuadro burgalés estaba ofreciendo muchas dudas, algunas similares a las exhibidas semanas atrás frente al Real Valladolid, pero el guion comenzó a cambiar en el segundo cuarto. La salida a pista de Van Zegeren dio un aire fresco al equipo, dominando el juego en el poste bajo y ofreciendo más alternativas a sus compañeros.
Esa circunstancia, sumada a una sensible mejoría en faceta defensiva y en el rebote, permitió al San Pablo recortar poco a poco diferencias. El Oviedo se intentaba revolver con dos triples consecutivos de Meana y Chuso González, pero Kacinas encontraba al fin el aro desde el exterior y recortaba diferencias sobre la bocina (28-26).
Publicidad
El cambio de dinámica se acabaría certificando tras el paso por vestuarios. El San Pablo regresó a la pista con las ideas mucho más claras y comenzó a hacer daño a su rival. Un parcial inicial de 7-0 permitía a los de Paco Olmos empatar y ponerse por delante en el marcador por primera vez en el encuentro (28-33).
Sin embargo, el partido entraría de lleno en una fase muy trabada, con errores en ambos bandos y una desesperante falta de acierto que, eso sí, beneficiaba al Hereda San Pablo. Y es que, a falta de un juego excelso, el San Pablo iba de menos a más, mientras el Alimerka comenzaba a sufrir en el apartado físico, lastrado por las numerosas bajas.
Publicidad
En ese escenario, el marcador se movió poco, pero el cuadro burgalés ya había tomado la iniciativa y no parecía dispuesto a perderla a pesar de que los asturianos hicieran la goma. Así, los hombres de Olmos encararon el último parcial con una ventaja de seis (37-43).
Una ventaja que, sin duda, no se antojaba definitiva, pero que ofrecía al equipo azulón un mínimo colchón de seguridad en un partido que a la vista estaba que se iba a cerrar con marcadores muy bajos. Así, tras unos minutos con el juego muy trabado otra vez, sendos triples de Barrera y Álex López, sumados a una buena defensa y a un gran contragolpe de Kacinas, permitieron al Hereda San Pablo abrir brecha (43-58) a falta de cuatro minutos.
Publicidad
Parecía que el cuadro burgalés había roto definitivamente el partido, pero el Oviedo acabaría revolviéndose en los últimos minutos, en los que los hombres de Trifón Boch aumentaron su intensidad defensiva y encontraron varias canastas fáciles. Faltaban menos de dos minutos y el Oviedo había vuelto a meterse de lleno en el partido (55-60), pero los hombres de Paco Olmos acabarían respondiendo a la exigencia. Y es que, sendos triples de Kacinas y Álex López tras dos magníficas circulaciones de balón acabarían zanjando el encuentro a falta de un minuto.
Al final, el San Pablo consiguió la tercera victoria de la temporada, que le permite seguir mirando hacia arriba a pesar de las dificultades y las dudas ofrecidas sobre la pista de Pumarín.
Todas las noticias de Burgos, en BURGOSconecta.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.