Tavares empequeñece al Hereda San Pablo Burgos

Tavares y nueve jugadores más saltaron a la pista madrileña en el inicio del encuentro. El pívot eclipsó todas las miradas en el inicio del partido, tanto en el ataque del Real Madrid como en el del Hereda San Pablo. Intimidación en defensa y acierto en aro rival. Hasta el punto de que el caboverdiano dejó el marcador en un 15-5 en los primeros cuatro minutos.

Había que frenar a Tavares y Peñarroya pedía, entre otras cosas, faltas para frenarle. Que no le dejarán campar a sus anchas por eso de ser uno de los pivots más dominantes de la competición. Otros jugadores referentes de la categoría en la pintura como Kravic y Rivero se empequeñecían ante el gigante del Madrid.

Precisamente los madrileños dominaban todas las facetas del juego y la colleja del primer cuarto que recibió el Hereda San Pablo la arrastró durante todo el encuentro. A la fiesta de Tavares se sumaba Alocén, al que le ha sentado de maravilla la marcha de Campazzo a la NBA.

Los burgaleses aparecían de forma intermitente con destellos de calidad de Rabaseda o de Benite, pero que no servían para engancharse al encuentro, porque el marcador, al final del primer cuarto, reflejaba un doloroso 29-13. La mejor noticia de esos minutos, la vuelta a la cancha de Renfroe tras superar su lesión. Aún le falta rodaje.

Sin Tavares en pista, el Hereda San Pablo se encontraba más cómodo. Y eso lo aprovechó Rivero para demostrar sus recursos. El cubano, acompañado por McFadden, empezó la tímida remontada. El enfado de Peñarroya se trasladó al banquillo de Pablo Laso, que tuvo que parar el encuentro cuando los burgaleses se pusieron a 8.

Pero volvió el caboverdiano a la cancha y se repitió la historia. Así que los ocho puntos de desventaja aumentaron hasta los trece. Como si la presencia de Tavares diera puntos solo por estar en pista. Y eso parecía, porque al Real Madrid se le caían los puntos del bolsillo cuando apretaba ligeramente el acelerador para mandar el partido al descanso con un 48-32.

Y con Tavares en el parqué. Sí, con el caboverdiano en pista, se vieron los mejores momentos del Hereda San Pablo del partido. El terremoto Tavares ya no hacía tambalear a los burgaleses y Horton sacaba de sus casillas a Laso. El acierto desde el perímetro y las recuperaciones del estadounidense acercaron a los azulones a seis. Ya no llovía tanto para los de Peñarroya.

Pero el Real Madrid es mucho Real Madrid. Y tan solo necesitaba no dormirse. Así que Laso, tras su arenga, despertó a sus jugadores. Era cuestión de que se enchufaran y así fue. Thompkins, hasta su lesión, reactivó a su equipo para que navegaran sobre una diferencia superior a los diez puntos. La reacción inicial de la segunda parte se disipó durante el resto del tercer cuarto (68-54).

Con el partido decidido, el último periodo sirvió para ver que Carroll todavía atesora calidad por mucho que pasen los años. Así que el escolta se dedicó a anotar, que es lo que mejor se le da. El Hereda San Pablo intentaba presionar al rival, pero la mella del primer cuarto escocía. En ese inició Tavares ya había empequeñecido al Hereda San Pablo Burgos.