El San Pablo pierde el norte

De hecho, el cuadro burgalés afrontaba el choque inmerso en una dinámica muy positiva, que le había permitido resarcirse de las malas sensaciones de las semanas anteriores y encaramarse a la sexta plaza. Sin embargo, los de Segura acabaron firmando una actuación para olvidar

Enfrente estaba un Bueno Arenas Albacete muy necesitado que saltó a la pista del Coliseum como un ciclón y con un Aurrecoechea superlativo. La movilidad y acierto del pívot desniveló el encuentro en los primeros compases, desquiciando a un San Pablo incapaz de frenarle en la zona. Además, los hombres de Segura permitieron varios lanzamientos liberados que el conjunto manchego, magistralmente dirigido por Ferrando, aprovechó a la perfección para abrir brecha.

Así, tras un intercambio de golpes, el San Pablo entró en una crisis de anotación y el Bueno Arenas acabó despegando en el marcador. Un triple de Knudsen y una nueva canasta de Aurrecoechea, que anotó 15 puntos en el primer cuarto, establecieron una renta de 11 a favor del cuadro albaceteño. Una renta que no hizo sino incrementarse en el arranque del segundo acto con un parcial de 0-9 a favor del cuadro visitante (19-37).

Al San Pablo le estaba costando un mundo encontrar aro y el Coliseum ya se había calentado con varias decisiones arbitrales muy discutidas. Mientras tanto, Segura, que ya había tenido que parar el choque en el primer cuarto, se desquiciaba a pie de pista. Un triple completamente liberado de Raitanen mediado el cuarto (21-40) fue quizá la muestra perfecta de lo que estaba sucediendo sobre el parqué del Coliseum.

El Bueno Arenas estaba ganando todas y cada una de las batallas, dominando el rebote, la tensión defensiva y, sobre todo, la puntería. No era difícil, eso sí, ya que el San Pablo mantenía unas paupérrimas estadísticas en anotación (37 % de acierto en tiros de campo). Sólo Khyri Thomas parecía ser capaz de tirar del carro azulón desde la línea de libres.

El escenario era, pues, muy comprometido. El San Pablo estaba siendo incapaz de revertir la situación y el Bueno Arenas consiguió manejar rentas superiores a los 20 puntos (25-47), que le permitieron enfilar el túnel de vestuarios en una posición muy cómoda (32-52).

Mucho tenía que cambiar la cosa para que el signo del choque cambiara. Y el San Pablo lo intentó, desplegando una mayor intensidad tras el descanso. Los hombres de Segura mejoraron su actitud defensiva y comenzaron a recortar diferencias poco a poco. Una gran internada de Corbalán permitió al cuadro burgalés ponerse once abajo (47-58) mediado el cuarto, pero la fragilidad en el rebote y la falta de acierto volvieron a lastrar a los de Segura, que vieron cómo en un abrir y cerrar de ojos el Bueno Arenas recuperaba los veinte puntos de ventaja (48-68). Un nuevo triple de Blat sobre la bocina dejaba el partido visto para sentencia a falta del último cuarto (49-71).

Visto lo visto, la remontada se antojaba cuanto menos improbable. Quedaba por ver si el San Pablo era capaz de firmar un último acto épico o si al menos conseguía maquillar un poco su desastrosa actuación. Eso sí lo consiguió, con unos últimos minutos muy acertados en la anotación aprovechando que el Bueno Arenas ya había bajado los brazos. No era para menos. Para entonces, la lucha por el rebote ya la tenían totalmente ganada (33 frente a apenas 16 mediado el cuarto) y el partido estaba definitivamente decantado (60-83 a falta de cinco minutos).

Así, el postrero arreón del San Pablo sólo sirvió para reducir a diez la diferencia y consoldiar a Khyri Thomas como la única buena noticia de la noche con 29 de valoración. Segundo MVP consecutivo del norteamericano, cuya actuación fue muy superior a la de la práctica totalidad de sus compañeros.