El San Pablo Burgos tira de épica para meterse en la final

El cambio a una defensa más agresiva en los últimos diez minutos superó a los de Lolo Encinas, que se desquiciaron ante unas constantes pérdidas de balón que aprovechó el cuadro castellano para llevarse la semifinal y quedarse a un paso de completar el camino de vuelta a ACB.

Con los cimientos del Coliseum vibrando ante el canto a capela del Himno a Burgos por parte de un feudo burgalés teñido de azulón. Tras ver cómo Zunder Palencia barría de la pista al UEMC Real Valladolid para colarse en semifinales, los burgaleses aguardaban ansiosos el momento de la verdad.

No empezó bien la cosa. La primera jugada del partido terminó con los tres primeros puntos para los guipuzcoanos a través de la muñeca de Motos. Así, los vascos avisaban que el partido no iba a ser ni mucho menos un paseo.

Pero no le gustó al marcador este comienzo de partido. Con una avería que no se podía atajar, el partido entró en un tiempo muerto que nadie había solicitado y que la parroquia azulona aprovechó para hacer temblar otro poco los cimientos del coso burgalés.

Apenas en un minuto de juego, Khyri Thomas se cargaba con dos faltas que obligaron a Curro Segura a mover rápido el banquillo para dar entrada a Carlos Suárez y Kacinas.

Precipitado y acelerado. Así reanudó el partido el conjunto burgalés ante un cuadro guipuzcoano que castigó el despiste azulón con un parcial de 11-0 en los tres primeros minutos que paró el técnico del Hereda San Pablo desde el banquillo.

Tiró de veteranía Carlos Suárez para anotar los primeros dos puntos para los burgaleses en un partido en el que los de Lolo Encinas estaban especialmente concentrados y acertados, un tino que se echaba de menos en los azulones.

Con demasiada permeabilidad defensiva, el Guuk Guipuzkoa anotaba con relativa facilidad y anulaba el intento de reacción de los este sábado visitantes, que no encontraban el camino al aro.

Pero, cuando peor parecía ponerse el partido, llegaron los jugones. Un explosivo Corbalán despertó a los de Curro Segura junto con la aportación Rodrigo San Miguel y Mahalbasic, que dio contundencia en la pintura al cuadro burgalés.

El toque de corneta de los burgaleses se vio interrumpido -que no parado- por el final del primer cuarto con un marcador de 21-15. Pero la mecha estaba prendida. Con Guipuzkoa apretando los dientes, el torbellino del San Pablo iba sumando efectivos a la causa y Álex Barrera llegó desde el perímetro tras un 1/10 en triples en los primeros diez minutos.

Precisamente a la línea de 6,75, efectiva desde el primer instante del partido, se agarrraron los vascos, que seguían con la flechita para arriba en cuanto a tiros de tres. Con la inestimable ayuda de Norelia y cerrando los rebotes, Hereda San Pablo fue recortando distancias en el marcador hasta ponerse a un solo punto en el minuto 6 del segundo cuarto (26-25).

Cuatro puntos de los de Lolo Encinas desde la línea de tiros libres hicieron que los guipuzcoanos se sacudieran por un momento el agobio burgalés. Pero ahí estaba Corbalán para negarle ese oxígeno con un tiro en suspensión que provocó el tiempo muerto del técnico vasco.

Con ambos equipos desatados y yendo a por el partido, el tramo final de la primera parte del choque fue un intercambio de golpes entre Guuk Guipuzkoa y Hereda San Pablo por irse al descanso por encima en el electrónico. Sin embargo, fueron dos decisiones arbitrales las que encendieron los minutos finales del segundo cuarto.

Con el pabellón apretando como nunca, Curro Segura pidió tiempo muerto para organizar el asalto al marcador, que aún dominaban los guipuzcoanos por tres puntos tras un igualado parcial de 16/19. Hizo lo propio Lolo Encinas para tratar de evitarlo. Y lo consiguió.

Una canasta del croata Delas mandó el partido al descanso con un 39-34 favorables a los vascos, que estaban logrando dar la campanada y competir de tú a tú al Hereda San Pablo Burgos.

Con la misma intensidad. Así arrancó el tercer cuarto de la segunda semifinal de la Final Four de ascenso a ACB en el Coliseum. El Hereda San Pablo peleaba por volver a echar el aliento en la nuca a un Guuk Guipuzkoa que se aferraba a Delas, Motos y Oroz para mantener el control del partido.

Tras cinco minutos de ida y vuelta, el Hereda San Pablo Burgos buscaba la manera de incomodar a un cuadro vasco que continuaba con las ideas muy claras y haciendo su partido para seguir por delante. El 2/16 en triples de los burgaleses y la facilidad con la que los guipuzcoanos encontraban los puntos (parcial de 13-6) mantenía una diferencia de doce puntos en el marcador.

El paso de los minutos pesaba en los jugadores burgaleses, que a falta de tres minutos para el final del tercer cuarto volvían a caer en la precipitación y la mala decisión de tiro en sus acciones. En esas, el cuadro castellano se agarró a Mahalbasic, que con 23 puntos anotados estaba siendo el astro sobre el que el orbitar el juego burgalés.

Con el austríaco echándose el equipo a la espalda -la mitad de la anotación de San Pablo corría de su cuenta-, el Coliseum volvió a apretar. Y el equipo respondió. Álex Barrera y Rodrigo San Miguel entraron de nuevo en escena para dejar el partido en cinco puntos (56-51) a cinco segundos del final del tercer cuarto.

Así las cosas, el partido entro en la zona de no retorno: el último cuarto. Con la vuelta de los jugadores a pista, el guión se mantuvo y de nuevo el 24 -que jugaba con cuatro faltas- y el 9 de los burgaleses impusieron su nivel para agotar el colchón de los de Lolo Encinas en los tres primeros minutos.

Resistían los vascos a las cabalgadas castellanas y a la presión de un Coliseum que en el 5:50 se vino abajo después de que Van Zegeren volteará el marcador con su canasta y consiguiese un 2+1 dañino para los guipuzcoanos.

Una perdida en la jugada siguiente permitió a Gonzalo Corbalán volar hasta el aro para culminar la remontada y obligar al técnico del Guuk Guipuzkoa a parar el encuentro desde el banquillo tras un parcial de 2/10 para los de Curro Segura.

Pero no había vuelta atrás para el Guuk Guipuzkoa. Con el público llevando en volandas al equipo y los jugadores respondiendo sobre el parqué, la defensa agresiva de los burgaleses surtió todo el efecto que podía y anuló por completo a los vascos.

Superados y con un 0-7 en contra tras el tiempo muerto, los vascos se desesperaban tras cada acción no concretada ante un Hereda San Pablo que se colocaba a siete puntos a falta de dos minutos para el pitido final.