Una revancha de pretemporada

El Zunder Palencia saltó al parqué del Coliseum con las ideas algo más claras que un San Pablo al que le costó entrar en el partido. Los de Marco Justo supieron leer bien los primeros compases del choque, cortando las líneas de pase de los burgaleses y encontrando el hueco en zona, lo que les permitió coger las primeras ventajas en el marcador (8-2).

Sin embargo, el San Pablo empezó a carburar a medida que avanzaban los minutos. La salida a pista de las segundas unidades dio otro aire al equipo, que con Gonzalo Corbalán dirigiendo el juego dio un pequeño paso al frente. Speight, Ali y Rosa encontraron el camino al aro y permitieron al San Pablo recortar diferencias e incluso ponerse por delante en el marcador por primera vez en el partido (12-13) a falta de tres minutos. No obstante, el Zunder Palencia frenaría en seco la dinámica azulona y cerraría el cuarto con una tímida ventaja (19-15).

A pesar de la evidente falta de acierto en el lanzamiento exterior, el cuadro palentino estaba siendo ligeramente superior al San Pablo en todas las estadísticas, una situación que cambió radicalmente en el arranque del segundo acto. Y es que, una salida en tromba permitió al cuadro local dar un giro de guion. El acierto desde la línea de triples, una mejor elección del lanzamiento y una circulación de balón más efectiva derivaron en un parcial de 2-14 a favor de los burgaleses, que mediado el cuarto dominaban el electrónico con suficiencia (21-29).

Justo paraba el choque, llamaba a capítulo a los suyos y parecía reactivar a su equipo, que regresó a pista mucho más entonado. A partir de ese momento, el Zunder Palencia volvió a desplegar el juego exhibido en los primeros compases, recortado diferencias poco a poco y obligando a Encinas a parar el juego. Haarms reducía la ventaja del San Pablo hasta la mínima expresión (31-32) y el partido se instalaba entonces en una dinámica de máxima igualdad con la que ambos equipos se marcharon al descanso (37-39).

Un descanso que pareció sentar mejor al San Pablo, que regresó de nuevo más entonado que su rival. El cuadro burgalés consiguió atar en corto a los hombres de Justo, que no terminaban de imponerse ni en la pintura ni en el rebote, y poco a poco fue minando su moral. Y es que, en el intercambio de golpes en el que se convirtió el tercer acto fue el cuadro burgalés el encargado de llevar la voz cantante a base de triples. Jiménez, Corbalán, Ali y Rosa encontraron aro con facilidad y lanzaron al San Pablo, que cerró el cuarto 12 arriba (54-66).

Esa diferencia permitió al equipo burgalés afrontar con ciertas garantías un último acto en el que, eso sí, el Palencia acabaría haciendo la goma. Y es que, tras un nuevo intercambio de golpes, los de Marco Justo firmaron tres minutos de gran baloncesto y consiguieron recortar diferencias de manera considerable.

A falta de poco más de un minuto, Leissner ponía a su equipo cuatro abajo desde la línea exterior (77-81), obligando a Encinas a parar el choque. Por fortuna para la afición local, sus pupilos reaccionaron, aseguraron el rebote en las dos últimas jugadas y se hicieron acreedores de una victoria que, a pesar de ser de pretemporada, deja un magnífico sabor de boca, por el rival, el escenario y el contexto.