Historia en letras mayúsculas. Eso es lo que está haciendo el Hereda San Pablo Burgos desde que en junio de 2017 diese en Villamuriel de Cerrato el salto a la primera categoría del baloncesto nacional. A su magnífica situación en la ACB, hay que ... sumar la consecución de dos títulos recientes que pasan a formar parte de las vitrinas del conjunto burgalés. En primer lugar, la Champions League en octubre -ganando al AEK de Atenas por 85-74- y, más recientemente, el pasado sábado, la Copa Intercontinental, tras ganar a la Asociación Atlética Quimsa (73-82) en Argentina.
Publicidad
Uno de esos héroes que ayudó agrandando el nombre del club, con la consecución del título, es el preparador físico palentino Daniel Hernández, un profesional que, antes de incorporarse a las filas del club burgalés, estuvo ocho años en el Palencia Baloncesto, donde se le tiene mucho cariño.
«Llevamos nueve meses que están siendo maravillosos, aunque el confinamiento nos trastocó los planes porque tuvimos que estar dos parados», recuerda Daniel, que pese a esa paralización ha visto cómo el trabajo de su equipo ha ido superando esas adversidades para llevarles a lo más alto. «Fue un trabajo muy duro por tener que enviar los ejercicios a cada jugador sin saber si íbamos a poder aprovechar ese trabajo. Por suerte, todo pasó y en verano pudimos preparar la burbuja de Valencia (semifinales de la ACB) donde salió un campeonato excelente. La guinda fue poder ganar la Champions League y el premio a todo ese trabajo de pretemporada fue poder jugar la Intercontinental en Buenos Aires, además de poder jugar la Copa del Rey», explica Daniel, pensando en los muchos viajes que el equipo ha tenido que hacer en los últimos meses.
Y es que el conjunto burgalés no paró durante esa semana. «Teníamos el handicap no solo del viaje a Argentina, durante la última semana fuimos a Murcia, Brindisi (Italia) y a Manresa. Dos días después, estábamos en Buenos Aires. Fue duro sobre todo porque te despiertas y no sabes dónde estás. Estuvimos doce horas y media viajando, aunque notamos más el cambio de temperatura (allí es verano) que el cambio horario. Allí pudimos disfrutar de la experiencia y el final fue inmejorable. Cumplimos con el objetivo marcado tras ganar la Champions y puede que solo lo hagamos una vez en la vida, así que lo hemos disfrutado mucho», reconoce.
La planificación con tanto partido y sobre todo después de tanto viaje seguido cambia con respecto a la carga de trabajo habitual sobre los jugadores. «Teníamos que distribuir las cargas físicas de la mejor manera posible, para que el equipo llegase bien al final de la pretemporada, coincidiendo con la final de la Champions. Evidentemente el calendario no depende de nosotros, pero hemos intentado hacer estrategias para que el 'jet lag' y las adaptaciones se noten menos y para adecuar las cargas a los últimos entrenamientos. Pese a que esté siendo un febrero muy ajetreado, eso nos encanta», señala. Los burgaleses cayeron el pasado jueves en la Copa del Rey con el Lenovo Tenerife (87-76), pero la derrota contra los canarios no empaña el hito logrado en la breve historia del club.
Publicidad
Poco o nada tiene que ver el nivel de la ACB al de la LEB Oro, donde Daniel estuvo curtiéndose durante ocho años en las filas del Palencia Baloncesto. Aunque lo cierto es que el preparador palentino al principio tenía sus dudas. «Cuando me hacían esa pregunta al principio siempre decía que teníamos la misma carga de trabajo en las dos categorías porque los jugadores tienen un nivel físico muy elevado y se trabajaba de manera parecida. Luego me di cuenta que pese a que el primer año se trabajaba casi igual, conforme íbamos subiendo de nivel en la Liga y en compromisos internacionales todo este trabajo es completamente diferente», admite Daniel entre risas. «Cuando no estás planificando cargas, estás en el gimnasio, o preparando ejercicios de recuperación con el que más juega. Al final es bonito porque tienes que individualizar, pero también es duro porque dejas de lado otras cosas importantes como ver a la familia».
El equipo burgalés está forjando sus letras a fuego en la historia de la ACB. Tres años han pasado desde el soñado ascenso a la primera competición española y ahora ya es rey intercontinental. Pero Daniel es consciente de que pese a todo este éxito, lo principal es recordar cómo han llegado hasta aquí. «Es importante que sepamos de donde venimos y dar valor a todo lo que estamos consiguiendo y al respeto que nos estamos ganando gracias al trabajo de todos los estamentos del club. Es un privilegio poder vivir estos momentos y devolver un granito de arena a lo que hicieron por mí», afirma.
Publicidad
Una historia que empezó en tierras palentinas, en Villamuriel. Un recuerdo imborrable para Daniel. «Yo estaba sentado en el banquillo del Palencia Baloncesto y me quedé hundido al perder la eliminatoria, ya que veníamos de ganar Liga y Copa. Para nosotros fue muy duro, pero pocos días después me llegó la llamada de Diego Epifanio (exentrenador del San Pablo y actual técnico del Breogán), algo que me hizo mucha ilusión. Estoy muy agradecido al Palencia Baloncesto y a su directiva porque fueron los que me dieron la oportunidad para aprender y ocho años después me llega la posibilidad de cumplir un sueño como es la ACB».
El palentino no se olvida del club que le dio la primera oportunidad y sigue las hazañas de los morados. «Los primeros años me acercaba por el Pabellón para ver algún partido si lo tenía libre. Ahora lo sigo por estadísticas o por la aplicación de la Liga», concluye.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.