El San Pablo tropieza ante un rival directo

Salió más enchufado el Monbús en los primeros compases, en los que consiguió maniatar a los hombres de Paco Olmos, obligándoles a arriesgar con lanzamientos demasiado forzados y a menudo erráticos. La defensa de los gallegos se estaba ejercitando con intensidad sobre las primeras unidades azulonas, mientras Thomas Scrubb y Birutis se hacían dueños de la pintura, ganando la pelea a Nnoko y Dani Díez. Fruto de ese contexto, el Obradoiro no tardó en despegar, alcanzando los 9 puntos de ventaja en apenas dos minutos y medio (2-11) a pesar de que Olmos había llamado ya a capítulo a los suyos.

El San Pablo acababa de recibir un buen sopapo, pero acabó despertando a tiempo. Sendos triples de Eddie y Benite levantaron al cuadro azulón, que a partir de ese momento consiguió atar más en corto a los principales referentes ofensivos gallegos. Eso sí, los de Olmos seguían atascados en ataque merced a la gran defensa desplegada por Obradoiro durante toda la primera mitad.

La reacción burgalesa culminó con otro triple de Nikolic que cerraba un parcial de 8-0 y ponía de nuevo el empate en el marcador (18-18), que se volvería a romper sobre la bocina (18-19).

El Obradoiro había saltado a la pista mucho más enchufado, pero el San Pablo había conseguido responder por la vía rápida y el encuentro transitaba ya en un escenario de máxima igualdad que se mantuvo inalterable durante todo el segundo acto. Y eso a pesar de que el cuarto no pudo empezar peor para el cuadro azulón, que vio cómo una antideportiva de Benite se transformaba en una jugada de cinco puntos para Obradoiro (18-24).

El conjunto gallego seguía imprimiendo una gran intensidad a su juego defensivo, y a los hombres de Paco Olmos les costaba un mundo encontrar lanzamientos liberados, tanto en la pintura como en el exterior. Esa falta de acierto fue compensada con una magnífica actitud en el rebote ofensivo, que permitió al San Pablo disfrutar de segundas oportunidades para mantenerse en partido mientas Nnoko conseguía secar al fin a Birutis.

Un triple de Nikolic y dos libres de Benite permitían al San Pablo ponerse por delante en el marcador (34-33) por primera vez en todo el choque a falta de un minuto para el descanso, pero Phil Scrubb rebajaba la euforia desde la línea exterior para cerrar el segundo acto (34-36).

Los dos equipos enfilaron a vestuarios con las espadas en todo lo alto y la sensación de que el partido iba a resolverse por detalles. Y las impresiones apenas variaron tras el descanso. Una vez más, fue el Obradoiro el que salió más enchufado con un dos más uno de Birutis y un Triple de Vicedo casi consecutivos (36-41).

El conjunto gallego volvía a estirarse e incrementaba la exigencia sobre un San Pablo que aceptó el envite. Una vez más, y ya son varias esta temporada, Vitor Benite se echaba entonces el equipo a la espalda y en apenas dos minutos lideraba a base de inteligencia y calidad un parcial de 11-0 que rompía al Obradoiro (51-44).

El San Pablo acababa de firmar sus mejores minutos en pista, pero se quedó a las puertas de romper el choque. Y es que, Vicedo, Birutis y Beliauskas se encargaron de devolver la igualada al marcador (54-54). Además, Hobbs echaba un jarro de agua fría sobre la parroquia local con un triplazo desde su casa y sobre la bocina (56-57). Una de esas canastas que duelen, y más cuando te estás jugando la vida como lo está haciendo el San Pablo a estas alturas.

Se avecinaba un último cuarto de infarto, en el que cada error podía suponer una auténtica sentencia. Y la expectativa no defraudó. El San Pablo arrancaba con un buen triple de Eddie respondido por Robertson (60-62). Gamble se hacía fuerte en la pintura y anotaba cuatro puntos seguidos, que sumados a otro buen triple de Eddie permitieron al San Pablo abrir una pequeña brecha en el marcador (69-64).

Moncho Fernández paraba el choque y sus pupilos despertaban, aprovechando varias decisiones muy protestadas desde la grada y la pista. Ellison empataba desde la línea de libres (71-71) a falta de tres minutos y medio y el partido entraba entonces en un escenario de máxima tensión, en el que los golpes y los errores se sucedían en ambos aros.

Rabaseda robaba y anotaba al contragolpe (75-73), pero Phil Scrubb anotaba un triple a falta de poco más de un minuto que volvía a poner en ventaja al Obradoiro (75-77). Olmos llamaba a capítulo a los suyos y preparaba con mimo el siguiente ataque, pero Philip fallaba el triple y Scrubb aprovechaba para abrir de nuevo una pequeña brecha (75-79). En la acción siguiente, el árbitro señalaba falta en ataque para el San Pablo y ahí moría el partido. Lo que pasó después, incluida la postrera antideportiva de Nnoko, fue solo un epílogo. El choque ya estaba decidido. Y había caído a favor del Obradoiro.

Al San Pablo no le queda más opción que seguir peleando. De momento, cuenta con nueve victorias en su cuenta particular y cinco partidos por disputar.