El San Pablo se reinventa en Gran Canaria

Enfrente, Gran Canaria, que llegaba al partido en la quinta posición de la tabla y con la importante lesión de su base titular, Andrew Albicy, con el objetivo de continuar metido de lleno en la lucha por alcanzar billete para la Copa del Rey, más caro que en otras temporadas por los numerosos candidatos a disputarla.

Y así comenzó en encuentro en Gran Canaria. Con velocidad y un parcial de 5-0 para los locales que parecía poner las cosas complicadas para los intereses burgaleses. Pero los de Maldonado supieron dar respuesta rápido para tratar de comenzar la nueva era con victoria. El ajuste en la defensa de los castellanos fue clave en estos primeros minutos, porque la agresividad que mostró en la primera línea defensiva provocó numerosos robos de balón que permitieron correr al contraataque.

De esta manera los castellanos comenzaron a abrir una pequeña brecha en el electrónico (7-13) que obligó a Porfi Fisac a pararlo. Las imprecisiones, fruto de la velocidad de juego, penalizaron a ambos conjuntos que, sin embargo, corrieron por la pista sin descanso. Kravic dominó bajo el aro para permitir a su equipo salir a la contra y, mano a mano con Vitor Benite, permitió a los visitantes cerrar el cuarto en ventaja (18-26).

El segundo periodo quiso parecerse al primero, pero los hombres de Fisac se lo impidieron a los del San Pablo. Pronto encontraron el agujero de la defensa castellana bajo el aro y Khalifa y Slaughter comenzaron a guiar a los grancanarios. Un parcial de 11-0 (32-31, minuto 15) puso por delante a los claretianos. La mala gestión de la ventaja con la que habían terminado el primer periodo obligó a Maldonado a solicitar tiempo muerto y parar la remontada local.

Tras esto entró el partido en unos minutos de imprecisiones por parte de ambos conjuntos, el Hereda San Pablo no se encontraba tan fino en los tiros como en el primer cuarto y los locales, tras mejorar la defensa, lograron pagar a los visitantes con su propia medicina. Así, los buenos contrataques de unos junto al menor acierto de los otros dejó el marcador 39-38 cuando el partido llegó al descanso.

Después de la vuelta de vestuarios parecía que el partido iba a partirse a favor de los locales, que estaban logrando sumar muchos puntos en transición, que se encontraban cómodos en ataque y cuyo juego era cada vez más coral, con Brussino, Dylan Ennis y Slaughter como mejores hombres de este periodo.

La defensa de los grancanarios ahogaba a los hombres de Salva Maldonado, que mostraban peores sensaciones sobre la pista. Además, parecía que el acierto anotador en el tiro exterior y la velocidad del inicio del partido de hubieran esfumado. A pesar de ello, los castellanos no consentían al 'Granca' que se despegara en el electrónico, aunque al finalizar el tercer periodo lograban la máxima ventaja (67-60).

Todo cambió en los primeros compases del último cuarto, cuando una antideportiva a Kramer le dio la oportunidad al San Pablo de disponer de una nueva posesión del esférico (70-64). A partir de ahí Kravic, que volvió a ser el mejor de los visitantes, volvió a dar un paso al frente, a dominar los rebotes en ambos aros y a ser el más listo de la pista para robar los balones claves que permitieron a sus compañeros correr el contraataque.

Fue un robo del San Pablo el que provocó que Nicolic pusiera por delante a los burgaleses (73-74) y, a partir de ahí, tocó correr más, creer más y luchar más para que la victoria no se escapara. Y no se escapó, el equipo creció en los últimos cinco minutos, ajustó la defensa de nuevo lo que le permitió comenzar a acertar de nuevo en ataque. El Gran Canaria se puso nervioso y eso permitió que a pesar del final de infarto esta ocasión el triunfo viaje en la maleta de los castellanos haciendo bueno el refranero deportivo que dice que a entrenador nuevo, victoria segura.