El San Pablo Burgos se deshace ante la regularidad de Zunder Palencia

Pero el paso por vestuarios no sentó nada bien a los de Paco Olmos, que firmaron un tercer cuarto para el olvido que no pudieron solucionar en unos últimos diez minutos donde las prisas y la impotencia fueron las mejores aliadas de los palentinos para cerrar el partido.

Empezaba el partido con 25 minutos de retraso amenizados con el ánimo de más de medio millar de aficionados burgaleses que tiñeron de azul uno de los fondos del Pabellón de los Deportes de Palencia.

Unos problemas técnicos ralentizaron el inicio del choque e hizo que los jugadores, que dispusieron de dos calentamientos por la espera, saliesen eléctricos.

Comenzaron con mayor acierto los palentinos, que consiguieron convertir dos canastas en los primeros instantes del encuentro. El alto ritmo definió un intercambio de golpes en los que el balón parecía tener un imán con el hierro de la canasta.

Van Zegeren y Enechionyia empezaron a liderar al San Pablo Burgos hacia la igualada y, en cuanto la pelota comenzó a encontrar el aro, se reflejó la igualdad que se preveía desde antes del salto inicial.

La velocidad marcaba los ataques y las defensas se veían superadas por el dinamismo y la verticalidad de los jugadores de ambos equipos. Los cambios tampoco relajaron una hiperactividad sobre la pista que, en el tramo final del primer cuarto, supieron aprovechar mejor los de Paco Olmos para finalizar con una escueta ventaja de un punto (21-22) el primer asalto del duelo.

El segundo cuarto trajo algo más de tranquilidad al partido. Los burgaleses, más asentados sobre el parqué, iniciaron los segundos diez minutos con ampliando la ventaja.

Los de Pedro Rivero apretaban para evitar que los visitantes se fuesen en el marcador y conseguían responder casi a cada canasta de los burgaleses debido a una tibia defensa que permitía anotar demasiado fácil a los locales.

Pese a la permeabilidad en fase defensiva, el San Pablo retenía la ventaja ante Kamba y Wintering, que estaban encontrando los huecos con facilidad para tratar de empatar el derbi castellano.

Lo encontró a cuatro minutos del descanso el Zunder Palencia, hecho que provocó el tiempo muerto del entrenador burgalés para ajustar el equipo y cerrar el camino que habían encontrado los palentinos para hacer daño. Y funcionó.

En la reanudación, Rupnik sacó su mejor versión para poner al San Pablo de nuevo por delante a dos minutos del descanso. Tocado y agitado, fue Pedro Rivero quien paró el partido para aleccionar a sus pupilos y parar el buen momento de los burgaleses sobre la cancha.

El último minuto resultó un barullo de faltas en el que el cuadro morado supo pescar para acercarse al máximo al San Pablo en un electrónico que llegó al descanso con dos puntos de ventaja para los azules pero con la sensación de estar empatados a todo en la pista.

La salida de vestuarios fue desastrosa para los burgaleses. Los de Paco Olmos salieron dormidos en el inicio del tercer cuarto, mal repetido varias veces esta temporada, y encajó un demoledor parcial de 11-2 en los primeros cuatro minutos.

Cómodo y con confianza, el Zunder Palencia hallaba el aro con suma facilidad y abría una distancia de más diez (54-44) ante un San Pablo algo descentrado que intentaba parar el aluvión morado.

El tiro libre fue la única vía de escape anotadora de un cuadro burgalés errático desde el perímetro. Por contra, la inspiración le había llegado a un Rozitis que se colgó del aro azulón hasta en cuatro ocasiones para exponer aún más la desconexión visitante.

Los cambios no frenaban el ritmo local y un triple de Mc Grew, desentonado desde el inicio del partido, fue el colmo que provocó el tiempo muerto del técnico valenciano de San Pablo.

En la vuelta a la pista, los burgaleses encontraron un filón en Kamba, más despistado en fase defensiva, para aliviar la diferencia. Hermanson, Barrera y San Miguel mejoraron las prestaciones azulonas y a partir de ahí creció el cuadro visitante hasta alcanzar de nuevo la barrera psicológica de los diez puntos de diferencia (66-56).

Diez minutos tenía San Pablo para pelear el partido al colíder en el Pabellón de los Deportes de Palencia y, sobretodo, mejorar la pobre imagen ofensiva aportada en el anterior cuarto.

Desde la defensa, el equipo burgalés puso más argumentos sobre la pista en las manos de Hermanson y el dinámico Norelia. A ocho se pusieron los de Paco Olmos ante un Zunder Palencia con la confianza aportada por la ventaja en el marcador.

Así, los intentos de los burgaleses de acercarse en el conteo eran respondidos en la siguiente jugada por los palentinos, que no querían concesiones para cerrar el partido cuanto antes.

La buena mano de Manu Rodríguez desde el 6,75 y los tiros de cinco metros de Wintering castigaban la falta de intensidad defensiva burgalesa. A un minuto del final, los de Paco Olmos entraron en una fase de precipitación y desorden que supo repeler la bien cerrada defensa morada.

Lo celebraba antes de tiempo la afición palentina en un partido que acabó sin sobresaltos para los locales. Con el conjunto morado disfrutando, el San Pablo cerró una derrota en la que plantó cara en la primera parte del choque pero se deshizo en el segundo tramo del encuentro.