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Julian Gamble, en la semifinal de la Intercontinental entre el Zamalek y San Pablo Burgos.

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Julian Gamble, en la semifinal de la Intercontinental entre el Zamalek y San Pablo Burgos. FIBA
San Pablo Burgos

El San Pablo Burgos deja los antidepresivos con la Intercontinental

Los de Paco Olmos muestran una firme imagen en semifinales contra el Zamalek y ya buscan revalidar el título ante el Flamengo

Viernes, 11 de febrero 2022, 20:46

Y llegó la primera victoria de Paco Olmos con el Hereda San Pablo Burgos. No eligió mal momento, por mucho de que el equipo lo único que necesita es ganar. Lo hizo en la Intercontinental y para clasificar a su equipo para la final ante el Flamengo. Se vio una versión mejorada de los burgaleses ante un Zamalek, que a pesar de jugar con su afición, solo dejó destellos de sus estrellas. Con esta victoria, los burgaleses dejan los antidepresivos.

Zamalek

Sosa (12), Strawberry (5), Mckinney (15), Mahmoud (7), Diougu (8) -cinco inicial- Farag (-), Elmekawi (10), Hussein (-), Mohamed (1), Abdelwahab Mohamed (2), Hazem Elmashad (1), Elsayed (-).

61

-

78

Hereda San Pablo

Renfroe (5), Phillip (13), Rabaseda (7), Eddie (13), Nnoko (13) -cinco inicial- Benite (4), Dani Díez (6), Gamble (10), Nikolic (3), Salash (-).

  • Cuartos: 16-23/18-21/13-19/14-15

  • Árbitros: Vázquez, Noujaim y Liszka

  • Incidencias: Partido correspondiente a la semifinal de la Intercontinental, disputado en el Hassan Moustafa Sports Hall de El Cairo con presencia de un centenar de aficionados.

Pues otro San Pablo Burgos se vio en la Intercontinental. Como si las derrotas en Liga o la eliminación de la Champions no pesaran. Tal vez, lo que necesitaba era alejarse del día a día para volver a recuperar sensaciones pasadas. Y ya lo hicieron en el primer cuarto gracias a un recién aterrizado como Phillip, ya adaptado al equipo. Se encuentra mejor también Nnoko, demostrando las razones por las cuales la dirección deportiva cortara a Kravic, por poner un ejemplo, en el juego interior.

Se hallaban mejor los de Paco Olmos en cancha rival. No se precipitaban y ya en ese inicio sembraron las semillas del triunfo. Y quién sabe si las de la salvación en ACB. El Zamalek, por su parte, se agarraba a un juego rápido y a tirar de la calidad de jugadores que han contratado para la ocasión como un exNBA como Diogu.

Funcionaba el trabajo coral de todos los componentes y hasta la pizarra de Olmos, lo que propiciaba que en el primer cuarto ya manejaran una ventaja de siete puntos (16-23). Era cuestión de explotar las carencias defensivas de los locales.

Y la fiesta en el segundo cuarto la lideró Eddie. Sus tres triples consecutivos daban una tranquilidad no vista esta temporada. Había que frotarse los ojos al ver un colchón de 11 puntos para los burgaleses. Por poner unas pegas, el rebote defensivo y las pérdidas, pero no iba a ser todo perfecto.

La casi excelencia del San Pablo servía para atajar cualquier atisbo de acercamiento del rival. Si Sosa, por los egipcios, se desengrasaba, Eddie, que venía este viernes con el '3 en 1' de serie, golpeaba al rival. Además, Nikolic dejaba su sello de calidad.

Las ganas de cerrar el partido por la vía rápida parecía no ser la mejor opción. Menos mal que el Zamalek solo se agarraba a destellos de calidad para dejar el encuentro al descanso en un tranquilo 34-44.

Enchufados

Se enchufó en la segunda parte un desaparecido Strawberry. Sus triples rebajaron la ventaja a siete puntos. Quedaba mucho partido y los burgaleses tenían que ajustarse en defensa para evitar sustos. Era el momento más delicado para los de Olmos. La defensa en zona se atragantaba y la ventaja bajaba hasta los cinco puntos en el ecuador del tercer cuarto.

Pero la calma apareció y los arreones egipcios se aletargaban. Eso y que un campeón del mundo como Rabaseda emergió desde su experiencia para dar un diazepam en forma de puntos a su entrenador y a sus compañeros.

Y ese arreón se esfumó en un abrir y cerrar de ojos. Ese acercamiento en el marcador se convirtió en escasos dos minutos en una ventaja de 16 puntos, 47-63 a falta de diez minutos.

Casi tardó tres minutos en anotar el San Pablo en el último cuarto. Y eso tampoco inquietó a los burgaleses. La diferencia navegaba en unos 15 puntos y parecía que este acto iba a ser de los más placenteros de la temporada.

Y lo fue. Dani Díez se unía en la parcela ofensiva, mientras sin querer, los de Olmos ya empezaban a mirar a la final.

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