Multiservicios Rivero lidera al Hereda San Pablo ante el Estudiantes

Nada tuvo que ver el primer cuarto de este Hereda San Pablo con el que se vio hace unos días contra el UCAM Murcia. El pasado jueves, los murcianos arrasaron a los de Peñarroya, que no quería que se repitiera la historia. Y el cambio de los acontecimientos lo lideró Salvó. Ese jugador que aprovecha los minutos cuando tiene oportunidades como lo dicen sus 7 puntos en el primer cuarto o la capacidad de bloquear y defender a jugadores como Gentile. Pero no solo el escolta se sumó a la fiesta de los locales, ya que Rivero empezó con su festival vio pronto.

Por su parte, en los madrileños, Víctor Arteaga, desde el poste bajo, imprimía carácter para mantener a su equipo en el marcador. Un electrónico que empezó a decantarse a favor del Hereda San Pablo al término de los diez primeros minutos gracias a un parcial de 10-3. 23-17, tras el primer cuarto.

Y sin Salvó en el campo, Gentile estuvo más cómodo en el inicio del segundo cuarto. Se acercaban los madrileños en el marcador, pero McFadden les alejaba. Hasta que la diferencia de seis puntos para los locales se convirtió en un +4 para el Estudiantes, lo que obligaba a Peñarroya a solicitar tiempo muerto. Le preocupaba la defensa al técnico del San Pablo, pero en ataque no estaban tan finos.

Aun así, Renfroe empezaba a calentar para entrar el partido en un sinfín de canastas y errores por ambos bandos. Volvió Salvó a la cancha y volvió a secar a Gentile, pero, a partir de ahí, el Estudiantes se empezó a adueñar del rebote defensivo. Tocaba arenga de Peñarroya al descanso para pulir esos detalles. 38-38, al descanso.

Con un parcial 5-0 empezó el Hereda San Pablo la segunda mitad. La fórmula Salvó daba sus frutos, por mucho que un campeón del mundo como Rabaseda ya haya vuelto a las convocatorias tras superar el coronavirus. Y de eso se percató Peñarroya. Si Gentile se iba al banquillo, Salvó, también. Y si volvía a la pista, tres cuartos de lo mismo. Sin estos dos protagonistas en el parqué, Rivero se apoderó aún más del juego interior y de la línea de tiro libre. Sus movimientos eran imparables, pero no servían para despegar en el marcador. 60-54, al final del tercer cuarto.

Pero con el inicio del último acto, el Hereda San Pablo se fue de todos los registros. Quién dice cansancio, a pesar de jugar más partidos que entrenar en la última semana. Y apareció Benite, con su calidad desde la línea de triple, para empezar a finiquitar el encuentro. Y le siguió Rivero, quien sigue creciendo como jugador de la mano de Peñarroya, para solventar una semana cargada de partidos para los burgaleses. Concluida con notable, por cierto. Una pena el tropezón en el inicio de la Champions.