Paso al frente del San Pablo en la Champions

Comenzó bien plantado el conjunto burgalés. Su estreno en competición europea, a pesar de ser una previa, se antojaba como un momento histórico para el club, y la victoria cosechada el pasado martes frente al Montakit Fuenlabrada había dado alas al equipo azulón, que a pesar de la exigencia del viaje hasta tierras ucranianas, afrontaba el choque con un plus de confianza.

Sin embargo, el partido no iba a ser fácil. El Kiev, que venía de vencer en la eliminatoria previa al Kapfenger, es un bloque sólido en el que destaca la presencia de jugadores como Edwin, Petrov o Shepherd, que acabaría el partido con 25 de valoración.

Ante esa tesitura, el San Pablo se encomendó a su juego coral, buscando en el poste bajo a hombres como Lima o Clark. El ala pívot norteamericano fue el encargado de inaugurar la anotación del San Pablo en Europa con una gran canasta rápidamente respondida por el Kiev.

Y esa, de hecho, fue la tónica general de los primeros cuartos, en los que cada golpe de uno era respondido de manera inmediata por el rival. La máxima igualdad que se veía sobre la pista se reflejaba en el marcador, con ventajas que no superaron en ningún momento los cuatro puntos de diferencia.

El acierto interior del San Pablo, sumado a un par de golpes desde la línea exterior, permitió al conjunto burgalés ponerse temporalmente por delante en el marcador durante los primeros compases del primer cuarto (13-16, minuto 4). Sin embargo, el acierto de Pustozvonov, Sandul y Jackson permitió al Kiev romper la tendencia y cerrar el primer cuarto dos arriba (23-21).

Ni uno ni otro parecían ser capaces de romper el choque, y el segundo cuarto repitió el guión del primero palabra por palabra. Máxima igualdad y competitividad en un encuentro en el que la falta de acierto desde la línea de tiros libres lastró al San Pablo. Algo parecido le sucedió al Kiev desde la línea exterior durante los primeros parciales. Cierto es que el conjunto ucraniano estuvo a punto de escaparse en el marcador mediado el segundo cuarto tras dos canastas fáciles (38-34), pero el San Pablo reaccionó a tiempo para enfilar el camino del descanso con las espadas en todo lo alto (41-41).

Tras el paso por vestuarios, el San Pablo dio un pequeño paso al frente, mejorando sus guarismos desde la línea de libres y aportando algo más de dinamismo a su juego. Así, los hombres de Peñarroya empezaron a despegarse poco a poco en el marcador. Clark, McFadden y Huskic, que saltó a pista varios minutos a pesar de las molestias físicas, asumieron el protagonismo para poner al San Pablo cinco arriba al cierre del tercer cuarto.

Las sensaciones del conjunto azulón eran buenas, tanto en el lanzamiento como en el rebote. No tanto en defensa, concediendo algunos lanzamiento cómodos al Kiev. Sin embargo, a medida que avanzaban los minutos, el San Pablo fue mostrándose superior a su rival. A ello ayudó Javi Vega, que en el último y definitivo cuarto firmó un parcial de 0-8 para lanzar al cuadro burgalés 11 arriba (63-74, minuto 33:30).

Parecía que esa ventaja, incrementada hasta los 13 puntos apenas unos segundos después, iba a permitir al San Pablo jugar con calma los últimos minutos, gestionando el resultado sin correr riesgos. Sin embargo, el choque acabaría atragantándosele al conjunto burgalés, que vio cómo en un visto y no visto, el Kiev recortaba diferencias de manera radical. Dos triples y una canasta de Shepherd, sumada a la indecisión ofensiva del San Pablo permitió al equipo ucraniano disponer de la última posesión para igualar la contienda. La fortuna quiso que el triple sobre la bocina de Hill se marchara fuera.

Con todo, el San Pablo afrontará el partido de vuelta del próximo domingo (Coliseum, 19 horas) con una escueta ventaja de 3 puntos, pero con ventaja, en todo caso. De lo que pase en el feudo burgalés dependerá la trayectoria del equipo en Europa.