El idilio del San Pablo con la Champions sigue intacto

Y el inició del encuentro fue un fiel reflejo de lo que se vivió durante la pasada temporada. Estaba enchufado el Hereda San Pablo Burgos con el acierto de Dani Díez o Nikolic. Parecía que el tiempo no había pasado por los ahora entrenados por Tabak, pero nadie dijo que esto fuera un paseo en busca del tercer título consecutivo. El acierto en ataque y el poderío en defensa de los primeros minutos de los burgaleses dieron paso a un encuentro igualado.

Parejo porque los turcos tienen músculo en defensa y versatilidad en ataque. Al igual que Haltali dominaba el juego interior, Reaves las enchufaba desde el perímetro. Era el momento de evitar cometer errores y alguno regaló el Hereda San Pablo en esos minutos. Como la segunda personal de Rabaseda, a quien Tabak le guardaba en el banquillo. Entró McGee, al que le cayeron bastantes apreciaciones de su entrenador. No le dejaba tranquilo, hasta que un triple al filo del primer cuarto calmó al jugador y al entrenador (21-20).

Con el acelerador apretado empezaron los turcos el segundo periodo. Reaves seguía acertado de cara al aro y a esa situación se sumaban pérdidas en ataque. Nada que preocupara porque el bicampeón no perdía la cara al encuentro.

Esos tímidos minutos se disiparon con Benite en pista. El capitán, el mismo que levantó las dos Champions de la mano de Barrera, se elevaba desde la línea de triple para empezar a lidera a su equipo. Sus diez puntos en el segundo cuarto, cuando más se necesitaban, evidencian la gran aportación del brasileño. A eso se añadía la presencia de Renfroe. Otro al que se le caen los puntos de los bolsillos y al que la edad no le pesa.

A pesar de todo, los puntos de Renfroe y Benite no sirvieron para que los burgaleses se despegaran en el marcador. 44-43 al descanso. Era cuestión de arremangarse en defensa.

Y no lo hicieron en el inicio de la segunda parte. 1:16 minutos tardó Tabak en pedir tiempo muerto. Porque en ese momento, los turcos ya habían anotado cinco puntos. Tocaba arenga en público para reaccionar. Y llegó, porque la defensa empezó a funcionar, así que ahora solo faltaba engrasar la maquinaria en ataque. Y eso, con Benite en pista, es más sencillo.

Aunque el rival también jugaba y, en especial Bone, que se echó el equipo a la espalda para que la igualdad fuera la tónica predominante del encuentro. 58-58 y todo por decidir.

Mas de dos minutos y medio tardó en anotar la primera canasta el Hereda San Pablo en el último cuarto. Cuando eso sucedió, el Besiktas ya se había ido de seis en el marcador. Tocaba remar y mucho. Así que Benite, remo en mano, se puso a navegar contra todos. Hasta con las decisiones polémicas del trío arbitral. Un triple del capitán devolvía la igualada a 67 a falta de cinco minutos para el final. Y otra acción del brasileño ponía a su equipo por delante a falta de poco más de cuatro minutos.

No había uñas que morder por eso de la mascarilla, pero la tensión se palpaba. El partido iba a estar en pequeños detalles, y en eso, Benite es un especialista. Dos triples del brasileño finiquitaron el encuentro. El Hereda San Pablo se iba hasta los cuatro puntos a falta de 1:50, prácticamente una de las mayores ventajas del partido.

Lo terminó de rematar el otro héroe de la noche. Renfroe bailó sobre el parqué para endosar otro triple. El bicampeón empieza ganando. ¿La primera piedra de la tercera Basketball Champions League consecutiva?