¡A la final de la Champions!

Comenzó el Hereda San Pablo algo frío en ambas zonas. Cierto es que Kravic, protagonista indiscutible del partido de cuartos, fue el encargado de abrir el marcador, pero el Dijon no tardó en desperezarse, aprovechando la falta de tensión defensiva del cuadro burgalés en los primeros minutos para poner las primeras ventajas en el marcador mediado el cuarto (7-11) gracias a un buen juego interior.

Sin embargo, poco le duró la alegría al conjunto galo. Y es que, a medida que avanzaba el choque, los hombres de Peñarroya comenzaron a apuntalar su balance defensivo, leyendo muy bien las líneas de pase y provocando numerosas pérdidas del rival. Además, Benite entró en acción, y con 10 puntos consecutivos lanzó al cuadro burgalés (17-11), obligando a Legname a parar el juego. No obstante, la llamada a capítulo del técnico francés no pareció ofrecer el resultado esperado, ya que acto seguido, sendos triples de McFadden y Horton sobre la bocina ponían en clara ventaja a los castellanos (23-13).

El Hereda San Pablo, menos expeditivo que en el encuentro de cuartos, se estaba gustando por momentos, llevando el partido al terreno que le convenía. Los robos de balón y las carreras favorecían a los de Peñarroya, que con Kravic en pista gozaban de alternativas ofensivas. Además, el lanzamiento exterior parecía estar funcionando, y el equipo mantuvo esa línea en el segundo cuarto. Dos triples de Barrera y otro de Horton, que acabó con 24 de valoración, apuntalaron las ventajas del Hereda San Pablo, que llegó a estar 16 arriba tras un contragolpe perfecto de Kravic mediado el cuarto.

Legname volvía a parar el juego buscando alternativas y su equipo reaccionaba tímidamente, mejorando algo sus guarismos ofensivos para recortar diferencias, coincidiendo con la salida a pista de Julien (38-30).

En ese momento, tras un gran triple de Simon, era Peñarroya el que paraba el juego. Había que frenar la reacción gala cuanto antes. Y el Hereda San Pablo lo hizo. Un triple de Benite y una postrera canasta de Sakho devolvían una ventaja relativamente cómoda al cuadro burgalés antes de enfilar el túnel de vestuarios (43-30).

A pesar de la falta de contundencia defensiva en algunos momentos, estaba claro que los hombres de Peñarroya estaban dominando el partido, forzando innumerables pérdidas del Dijon y aprovechando mejor sus alternativas ofensivas. Sin embargo, aún quedaba mucho camino por recorrer en el segundo tiempo.

Así de hecho lo dejó claro el Dijon nada más regresar a la pista. El cuadro galo salió de vestuarios con las ideas más claras, asegurando mejor sus pases y afinando un poco la puntería para empezar a remar. Un parcial de 2-9 volvía a meter de lleno en el partido a los franceses (45-39) y hacía saltar las alarmas en el Hereda San Pablo. Al conjunto burgalés se le atascó el juego exterior y solo Horton parecía ser capaz de tirar del carro, con un buen juego interior y tensión en el rebote.

El Hereda San Pablo estaba echando de menos a Kravic, cargado de faltas, y el Dijon volvía a plantar un parcial de 0-8 para recortar diferencias (55-49) a falta de dos minutos. Una diferencia que Sakho y Rabaseda se encargaron de volver a incrementar antes del último y definitivo cuarto (59-50).

Un cuarto que el conjunto burgalés arrancaba con una ventaja relativamente cómoda, pero no determinante, y menos en un partido tan abierto como el que se estaba disputando sobre la pista del olímpico de Atenas. Estaba claro que el Dijon no lo iba a poner fácil, como así lo demostró en unos buenos primeros minutos. Pero cuando más tenso parecía que se iba a poner el choque, apareció Benite, que se disfrazó de MVP para lanzar al Hereda San Pablo a su primera final continental. En apenas minuto y medio, el brasileño enchufó dos triples y una canasta en zona de manera consecutiva que caían como una losa sobre el Dijon (71-57).

Aún quedaban cuatro minutos de partido, pero el cuadro burgalés, ya con Kravic en pista, había recuperado la tensión ofensiva, y volvía a llevar la iniciativa. El conjunto francés lo intentó con más corazón que cabeza, pero el partido ya estaba encarrilado a favor del Hereda San Pablo, que de hecho, acabó despegando de nuevo hasta el 81-67 definitivo. Ahora, a esperar rival (Casademont Zaragoza o AEK de Atenas) para la final del domingo. Una final para hacer historia.