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El alero polaco del Unicaja, Adam Waczynski (i) intenta escapar de la defensa del escolta estadounidense del Hereda San Pablo Burgos, Thad McFadden (d), EFE/Carlos Díaz

Espectacular remontada

El Hereda San Pablo Burgos se repone de un mal inicio de partido y logra la victoria en Málaga a pesar de perder de doce al descanso

Ruth Rodero

Burgos

Sábado, 27 de marzo 2021, 20:05

El Hereda San Pablo Burgos no conoce su techo. Ni la ausencia de jugadores, ni las secuelas física de la covid-19, ni la falta de entrenamientos. Nada se puso por medio en Málaga para lograr una nueva victoria.

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Unicaja Málaga

Jaime Fernández (11), Darío Brizuela (18), Axel Bouteille (3), Deon Thompson (5) y Malcolm Thomas (-) –cinco inicial– Alberto Díaz (14), Francis Alonso (7), Adam Waczynski (9), Tim Abromaitis (12), Rubén Guerrero (4), Yannick Nzosa (6), Gal Mekel (4).

93

-

101

Hereda San Pablo Burgos

Alex Renfroe (10), Thad McFadden (26), Xavi Rabaseda (2), Jasiel Rivero (26) y Max Salash (7) –cinco inicial– Dejan Kravic (3), Vitor Benite (11), Ken Horton (-), Álex Barrera (-), Jordan Sakho (), Kareem Queeley (-).

  • Cuartos 30-24; 27-21; 19-25; 17-31

  • Árbitros Carlos Peruga, Jorge Martínez Fernández y David Sánchez Benito.

  • Incidencias Partido correspondiente a la vigesimoctava jornada de la Liga Endesa disputado en el Martín Carpena a puerta cerrada.

Y eso que las cosas no ... comenzaron bien en el Martín Carpena. Para empezar, el ritmo impuesto por ambos conjuntos podría, a la larga, no beneficiar a los burgaleses. La velocidad sobre el parqué se hizo la dueña del encuentro en el que las defensas estuvieron desaparecidas en el primer periodo. La conexión Renfroe-Rivero mantenía a los castellanos en el encuentro mientras que Alberto Díaz guiaba a Unicaja desde la línea de tres.

Con el paso de los minutos los puntos comenzaron a caer en la cesta de los locales, que iban ampliando su ventaja sin hacer ruido. Los de Peñarroya estaban aplicados en los tiros de dos, pero los lanzamientos de larga distancia parecían querer llevar la contraria a las estadísticas.

Con este paisaje, el primer cuarto terminó con un 30-24 que evidenciaba que el tanteador iba a ser amplio y que el ritmo, exigente, podría ser una rémora para los visitantes con el paso de los minutos.

El segundo periodo comenzó siendo una continuación de lo visto sobre la pista en los primeros diez minutos.Los hombres de Fotis Katsikaris no querían levantar el pie de acelerador y continuaron jugando a placer desde la línea de 6'75.

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A falta de 4:30 para el descanso la diferencia alcanzó los ocho puntos (45-37) y el enfado de Joan Peñarroya el punto más álgido del partido. Paró el juego con un tiempo muerto y solicitó a sus jugadores que se aplicasen en defensa. Sin embargo, no consiguieron frenar la sangría anotadora que estaban sufriendo a manos de Unicaja, que se encontraba cómodo sobre la pista.

Brizuela había tomado el mando anotador desde la línea de tres y el recital de triples de los malagueños alejaba al San Pablo de su objetivo. Gracias a este acierto exterior los locales tuvieron hasta trece puntos de renta (54-41) para irse al descanso con con doce de ventaja (57-45).

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Pero el San Pablo nunca se rinde. Y la después del descanso el partido pareció otro. El plan de salida era claro, ajustar la defensa. Y el plan de acción se puso en marcha con una defensa zonal de ajustes que el Unicaja Málaga no supo atacar.

Así, jugada a jugada, empezaron a verse los resultados y, en apenas dos minutos, el parcial era de 0-7 a favor del San Pablo, siete de los doce puntos ya estaban remontados. Cinco minutos tardaron los locales es deshacer la tela de araña tejida por los visitantes y tuvo que ser, cómo no, desde la línea de tres.

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Bouteille trató de sacar a los suyos del atolladero en el que se estaban metiendo, pero solo fue un espejismo. Con la defensa ajustada comenzó el show de McFadden que calentó la muñeca y dio un auténtico recital desde este momento. El final del tercer periodo llegó con el 76-70 en el electrónico y la sensación de que el mango de la sartén, a pesar de continuar por debajo en el marcador, la tenían los burgaleses.

Y así fue. MacFadden anotó tres tiros libres seguidos y Rivero consiguió una canasta que puso por delante al San Pablo por primera vez desde los compases iniciales del partido (76-77). Un parcial de 0-7 en el inicio del último periodo marcaba el camino a seguir.

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Llegaron también las precipitaciones y los fallos no forzados por parte de ambos conjuntos. Sin embargo, poco a poco, los burgaleses se asentaron en el marcador ante un Unicaja que se diluía entre el juego burgalés.

McFadden continuó repartiendo juego y anotando triples en los momentos más oportunos y cuando llegaron los minutos finales el equipo supo sufrir. Los malagueños enviaron a los visitantes a la línea de tiro libre para tratar de arañar segundos al cronómetro, pero fue suficiente.

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Una vez más, el San Pablo se volvió a levantar para imponerse en un partido que se puso complicado. Jasiel Rivero anotó las dos últimas canastas del choque para dejar el electrónico en 93-101 que permite a los burgaleses continuar soñando con los puestos más altos de la clasificación.

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