Las sensaciones han cambiado drásticamente. Aún queda un mundo por recorrer, pero lo cierto es que la mutación del Hereda San Pablo es más que evidente. El cuadro burgalés cogió hoy una bocanada de oxígeno tras ganar en el Coliseum al Casademont Zaragoza en ... un partido dominado de principio a fin por los hombres de Paco Olmos, muy sólidos en defensa. Una salida en tromba en el primer cuarto y un magnífico final de partido permitieron al conjunto castellano sumar un triunfo con valor doble, saliendo de la zona de descenso y mandando al Zaragoza al pozo.
Publicidad
Hereda San Pablo Burgos
Renfroe (6), Eddie (19), Nnoko (12), Dani Díez (10) y Gamble (6) -quinteto inicial-; Phillip (2), Marc García (4), Kullamae (3), Benite (16), Rabaseda (-), Queeley (-), Salash (-).
78
-
56
Casademont Zaragoza
Bone (5), Cook (3), Thompson (9), Waczyinski (7), Radoncic (4) -quinteto inicial-; Rodrigo San Miguel (3), Vanwijn (7), Mobley (-), Santi Yusta (11), Aleix Font (-), Kilpatrick (4), Hlinason (3).
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Arnau Padrós e Iyán González
Cuartos: 28-13, 38-30 (10-17); 56-40 (18-10), 78-56 (22-16).
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de la Liga Endesa disputado en el Colisuem ante unos 9.000 espectadores.
Se jugaban mucho unos y otros. El San Pablo, que a pesar de las dos últimas derrotas había mejorado sensiblemente sus guarismos, regresaba a su feudo con la opción de dar una estocada a un rival directo, mientras que el Casademont llegaba al Coliseum inmerso en una racha horrible.
Esa exigencia derivó en un estado de nerviosismo que pareció afectar de lleno a unos y otros en los primeros compases, en los que el miedo al error se apoderó de la pista del Coliseum, lastrando el rendimiento ofensivo. Sin embargo, poco tardó en abrirse la caja de pandora. Un triple de Bone abrió el marcador y el partido ganó en dinámica y acierto en un abrir y cerrar de ojos. A ello ayudó, sin duda, la exhibición de Jarrell Eddie, que calentó la muñeca a las primeras de cambio y aprovechó cada lanzamiento liberado para castigar al Casademont.
En apenas unos minutos, el nortamericano anotó 14 puntos (12 de ellos desde la línea de triples), que permitieron al San Pablo abrir brecha ante un Zaragoza totalmente superado en todas las líneas. La fortaleza de Nnoko en el poste bajo y la tensión en el rebote ofensivo hicieron el resto para que el cuadro burgalés cerrara el cuarto con 15 puntos de ventaja (28-13).
El San Pablo había rozado la perfección en el primer acto y tenía en su mano encarrilar el choque antes del descanso, pero el Zaragoza despertó en el arranque del segundo cuarto. El conjunto maño mejoró sus prestaciones defensivas, cerrando la puerta a los lanzamientos liberados y siendo mucho más agresivo en el rebote.
Publicidad
Fruto de esa dinámica, el San Pablo se estrelló contra un muro y perdió todo el ímpetu ofensivo que había desplegado hasta ese momento. De hecho, los de Paco Olmos apenas anotaron dos puntos en los primeros cinco minutos (10 en todo el cuarto), mientras el conjunto visitante iba reduciendo poco a poco la diferencia hasta dejarla en ocho puntos al filo del descanso (38-30).
El paso por vestuarios pareció sentarle mejor al San Pablo, que regresó a la pista mucho más enchufado que en el segundo acto, anotando cuatro puntos nada más salir. No obstante, los nervios seguían a flor de piel y los errores se sucedían en ambos lados de la pista. El encuentro, básicamente, estaba siendo una auténtica montaña rusa, con el Casademont haciendo la goma permanentemente. De hecho, un parcial de 0-7 permitió al cuadro maño recortar diferencias (42-37) aprovechando un mal momento del San Pablo. Pero los hombres de Paco Olmos volvieron a ajustar su defensa y reaccionaron al ritmo de Benite.
Publicidad
El capital azulón, que apenas había disfrutado de minutos en pista hasta el momento, tiró de galones y calidad y se echó el equipo a sus espaldas para castigar al Casademont en todas las líneas. La falta de acierto del conjunto maño, sumada a la intensidad defensiva del San Pablo, permitió a los hombres de Olmos recuperar la iniciativa en la pista y el electrónico y cerrar el cuarto 16 arriba tras un canastón de Benite en el último suspiro (56-40).
El escenario, sin duda, era propicio para los intereses del cuadro burgalés, que pudo afrontar el último acto jugando con una cómoda ventaja y los nervios de su rival. Unos nervios que le acabaron pasando factura al conjunto maño, que se enredó en una retahíla de errores y pérdidas en los compases decisivos.
Publicidad
Mientras tanto, Benite, que ya había calentado su muñeca, se exhibía ante su público. Siete puntos consecutivos del brasileño mediado el cuarto terminaron de decidir el choque (68-50). Quedaban casi cinco minutos, pero el partido estaba totalmente resuelto a favor del San Pablo, que acabó celebrando ante un Coliseum entregado una victoria balsámica.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.