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La localidad de Oña celebra el XXXIV Cronicón del 11 al 15 de agosto. A lo largo de cinco días, los vecinos actúan para mostrar la historia de la Villa mediante una recreación histórica que gira entorno a la fundación del Monasterio de San Salvador ... en el año 1011. También acercan a los visitantes algunos de los acontecimientos históricos que dieron lugar a la formación de Castilla en un entorno clave como es el Monasterio tanto para los participantes como para los espectadores.
La edición de este año recupera la normalidad con la reducción de las medidas sanitarias por el covid. El aforo aumenta respecto a 2021 hasta acoger a alrededor de 300 visitantes, según Berta Tricio, quien colabora de forma activa en su organización desde hace años. Asimismo, el Cronicón de este año se desarrolla tanto al aire libre como en el interior del monasterio.
La recreación histórica adentra al espectador en la Oña del siglo XI, época en la que se funda el monasterio. Así, podrá acceder al Patio de San Íñigo de la mano de Íñigo de Barreda. El objetivo final es demostrar el valor histórico de la zona y del monasterio, a la vez que se atrae turismo a Oña. El proyecto concebido como un esfuerzo colectivo, implica a gran parte de la población de la villa hasta reunir a más de 130 personas que colaboran en la consecución del mismo.
Esta actividad cultural empezó como una pequeña representación organizada por los habitantes de Oña, pero en la actualidad está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Esta denominación nace de su peculiaridad y espectacularidad, con un juego de luz y sonido en el que se escenifican acontecimientos históricos, batallas y disputas. Además, ha recibido el Premio Serondaya a la Innovación Cultural. Una oportunidad de ocio especialmente sorprendente que se puede disfrutar por un precio de entrada único de 13 euros.
El elenco está formado por vecinos y vecinas de Oña. Para ellos cada edición es un reto que superan con disciplina, dedicación y esfuerzo. El pueblo de Oña demuestra cada año que es capaz de superar con nota alta todas y cada una de esas dificultades y la organización concibe este evento como «una escuela de convivencia, tolerancia y aprendizaje para anteponer los intereses del grupo frente a los particulares».
Este año, como peculiaridad destaca la incorporación de nuevos elementos para los soldados castellanos en el tradicional vestuario que forma parte por sí mismo de esa espectacularidad. También se ha mejorado otros muchos trajes, entre ellos los de los personajes que acuden a la fundación del Monasterio.
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