Wamba ha vuelto a pasear por las calles de su amada Pampliega este fin de semana. El rey visigodo habrá encontrado muchos cambios en la localidad burgalesa, a la que se retiró en el siglo VII huyendo de Toledo. Eso sí, Wamba habrá comprobado que ... lo que se mantiene invariable es el cariño de los vecinos, que siguen reclamando la devolución de los restos de su rey, para su descanso eterno en Pampliega.
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La Feria Visigoda organizada estos días en el municipio, con un mercado, pasacalles, bailes y la propia visita del monarca, pretende reactivar la reivindicación histórica del municipio. Wamba se retiró a Pampliega, allí murió y allí se le enterró, en el Monasterio de San Vicente. Sin embargo, sus restos reponsan desde hace siglos en Toledo, incumpliendo sus últimas voluntades.
La historia del rey visigodo está bien documentada. En el año 672 fue coronado rey, contra su voluntad, tras la muerte de Recesvinto. Sin embargo, no duró mucho en el puesto y, víctima de las intrigas del poder, fue envenenado y desterrado de Toledo (capital del reino visigodo) en el año 680. Fue entonces cuando decidió retirarse al monasterio de Pampliega, que había fundado Recaredo años antes.
Wamba vivió en Pampliega hasta que en el año 688 fallecidó y fue enterrado, siguiendo su deseo, en el monasterio. Una tumba humilde, de suelo, con una lápida igual de sencilla, y que pasaba desapercibida. Tanto es así que años más tarde, cuando Ferrnando III el Santo visitó el Monasterio de San Viciente en el 1244 se quedó impactado por este hecho.
Cuenta el historiador Germán Lafont en sus publicaciones sobre el monarca (en concreto en 'Wamba, vuelve a Pampliega' ) que cuando Fernando III se enteró de que había entrado en la ermita del monasterio pisando la tumba de Wamba, se negó a salir del mismo modo y hubo que construir otra puerta. Los hechos fueron presenciados por su hijo, Alfonxo X el Sabio, y dieron lugar a lo que los vecinos consideran un «expolio».
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Así, en el año 1274 Alfonso X dio orden de trasladar los restos de Wamba a un emplazamiento a la altura del monarca que había sido, uno de los últimos grandes reyes visigodos. Y se enviaron a Santa Leocadia del Arlcázar, en Toledo. Allí estuvieron hasta el siglo XIX, cuando las torpas francesas expoliaron la tumba de Wamba, y también la de Recesvinto, en el año 1808.
El último viaje del rey godo tuvo lugar en el año 1845 cuando, por orden de la Comisión de Monumentos Artísticos e Históricos de Toledo, los restos de Wamba y Recesvinto se trasladaron a la Catedral de Toledo. Allí reponsan en sendas urnas, resguardadas por un cofre, desde entonces. Pero los vecinos de Pampliega consideran que no se está haciendo justicia a Wamba.
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«Queremos que se cumpla su deseo. Wamba quiso retirarse a Pampliega y morir aquí», recuerda Pedro Miguel Antón, concejal de Cultura. Por ese motivo, el Ayuntamiento lleva años reclamando la devolución de sus restos. Se pidió formalmente en al año 2014 y, luego, otra vez en el 2017. El cabildo de Toledo no está por la labor de devolver a Wamba y se ha servido de varias excusas.
Entre ellas, que tenían que ser los descedientes del godo o la Casa Real los que autorizasen el traslado. La Casa Real no se ha pronunciado pese a las cartas enivadas desde Pampliega, admite el concejal, pero sí lo ha hecho la última descendiente, autorizando el traslado. De ahí que la intención del Ayuntamiento sea retomar este otoño la petición, superado el parón ocasionado por la pandemia.
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El concejal insiste en que si Wamba realmente no hubiera querido ser enterrado en Pampliega su sobrino, Égica, lo habría trasladado a Toledo pues era rey en el momento de su fallecimiento. No fue así. Se quedó en Pampliega porque era donde quería estar y, mientras los restos no vuelvan, se estará incumpliendo la voluntad del godo, insisten desde el municipio.
Así, buscarán reunirse con el Arzobispo de Burgos y el Cabildo Catedralicio para, a continuación, volver a ponerse en contacto con los homólogos de Toledo. No van a desistir en su empeño y, de momento, solo contemplan la vía de las buenas palabras. «La vía judicial no la vemos viable», afirma Pedro Miguel, ni tampoco que se traiga solo alguna reliquia. Quieren lo huesos al completo.
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