«Se hizo la luz, trajo la vida, y el pensamiento nuevo, se construyeron ciudades, catedrales, monasterios, mientras en nuestras canteras la labor y el trajín interno, supera el entorno externo».
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A menos de 20 kilómetros de Burgos nació la piedra caliza que puso en pie la Catedral de Burgos. Un espacio que hasta ahora no se había abierto al público en general. El pasado 1 de octubre de 2020 comenzó su divulgación, sus visitas. Allí se desarrolla el proyecto Patrimonio de la luz, en un terreno que incluye a los municipios burgaleses de Hontoria de la Cantera, Cubillo del Campo y Tornadijo.
Allí, bajo colinas, monte, detrás de vallas uno no se imagina lo que esconde el paisaje. Las antiguas canteras y polvorín están ahora abiertas al púbico con visitas guiadas. Un recorrido subterráneo que permite descubrir el lugar de dónde se extrajo la piedra caliza origen de muchos de los monumentos de la provincia (además de la Catedral, la ermita visigoda de Santa María de Quintanilla de las Viñas o el castillo de la capital, así como la catedral de León o la de Vitoria).
¿Cómo una visita a la profundidad de la provincia, a su oscuridad, puede llevar un nombre con la palabra luz? Para responder a esta cuestión hay que fijarse en el color de la caliza, un blanco que incluso daña la vista con la incidencia directa de la luz del sol. Ahí está la luz, sacada directamente de la oscuridad del interior de la provincia.
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Son dos horas de visita por los interiores de la provincia. Una vez situados en la valla de entrada de la antigua cantera y polvorín uno no se imagina el espacio que va a encontrar dentro. Un lugar que estuvo abierto y no se supo respetar, hasta dos camiones de basura hubo que sacar para comenzar a ponerlo en valor, como han hecho desde Patrimonio de la luz.
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Una cantera y antiguo polvorín en el que cogen coches, pequeños camiones y cuenta, incluso con una rotonda. Entras y subes. El techo inclinado te acompaña. En este lugar se mezcla el trabajo de los canteros, los trazados del pico en la roca y la acción derivada de la Guerra Civil. En 1937 el ejército de Franco instaló en estas cuevas artificiales su particular polvorín para almacenar munición y armas. Allí se montó, frente a la entrada al arsenal, un pequeño destacamento militar aprovechado un cauce de agua.
Esta cavidad, antigua cantera, permitió habilitar enormes espacios de 20 metros de ancho y cinco de alto, ideales para resguardar el armamento. En 1994 el Ministerio de Defensa decidió clausurarlo, aunque hasta 1998 no se declaró el lugar sin interés militar. En 2004 se terminó de eliminar el cordón de seguridad y los 50 militares que permanecían en el lugar pasaron a otros destinos.
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Adentrarse en estas canteras es sentirse parte de la historia. La segunda cantera que se visita no sabes que está ahí hasta que te encuentras con la puerta. Pisas encima de ella y no eres consciente de lo que se esconde debajo. Se trata de una cantera que se dejó de explotar y tal cual se ha conservado y tal cual se visita. Una oportunidad de conocer las técnicas de extracción de la valorada caliza blanca desde el medieve hasta mediados del siglo XX.
La explotación de estas canteras se remonta a la época romana, aunque su auge tuvo lugar a partir del siglo XI. Hasta mediados del siglo XX se trabajaba de forma tradicional y el resultado de estos trabajos de extracción artesana ha sido la creación de grandes cavidades subterráneas que se han llegado a utilizar como prisión y polvorín por el ejercito del bando franquista en la Guerra Civil.
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Este 2021 se conmemora el VIII Centenario de la Catedral de Burgos, 800 años desde que se colocó esa primera piedra caliza. «Es el momento de dar a conocer el Conjunto Histórico Monumental, origen de la pieza caliza que la puso en pie y que, estando a menos de 20 kilómetros de Burgos, hasta ahora no se ha abierto al público en general», señalan desde Patrimonio de la luz.
«Siendo el origen de lo que constituye casi el 90 por ciento de la Catedral y admitiendo grandes aforos por los enormes espacios que tenemos, haremos nuestros máximos esfuerzos con la ayuda de la fundación y las administraciones públicas para poder acoger todo tipo de eventos culturales conmemorativos del centenario», añaden.
Patrimonio de la luz es un proyecto de gran envergadura a largo plazo (15 años) que engloba, a su vez, diferentes proyectos en cada uno de los espacios. El conjunto abarca una extensión de aproximadamente 100 hectáreas donde se distinguen seis espacios multidisciplinares: cinco galerías subterráneas y una zona de edificaciones de servicios, todos ellos integrados en un entorno natural que permite su uso turístico de forma sostenible.
En la actualidad hay abiertas dos galerías. Son las que se muestran en la visita guiada. Una de ellas, 'La Catedral' es un espacio dedicado también a la organización de eventos, congresos, catering, exposiciones, conciertos y todo tipo de trabajos creativos de publicidad y rodajes. La segunda, la galería 'El Pozo', es una cantera que estuvo en explotación hasta mediados del siglo XX y allí es donde se explican las distintas técnicas de extracción de la valorada piedra caliza desde la Edad Media y hasta la actualidad.
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El proyecto incluye un museo didáctico, en la galería 'El Museo', con la recreación en miniatura de los monumentos que se construyeron con esta piedra caliza. Además de la construcción de un centro de interpretación de vinos del mundo y un restaurante en la galería 'La Luz'.
Por último, dentro del proyecto también se quieren desarrollar actividades al aire libre con deportes de aventura, rutas de senderismo, tirolinas o BTT.
«Nuestro principal objetivo es crear un núcleo de recepción de visitantes en un entorno ahora en desuso. Al margen del aspecto turístico, estamos dando a conocer nuestras instalaciones como localizaciones audiovisuales para rodajes y como auditorio para albergar todo tipo de eventos», señalan. Patrimonio de la luz aspira a ser uno de los espacios temáticos y de ocio más grandes y completos de Europa, busca ser un referente para la cultura y el turismo.
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En 2015 la empresa Calizas de Burgos SL se hizo con la unidad productiva que incluía un derecho minero que abarca una extensión de subsuelo de aproximadamente 855 hectáreas y del que se extrae la piedra caliza blanca con la que se ha construido parte del patrimonio artístico burgalés.
Los socios emprendedores (A.P.A. y J.B.E.) se dieron cuenta de que en esos espacios subterráneos abandonados se escondía mucha historia y debían ser expuestos al público. En 2018 se creó Eventos Galerías Exclusivas SL. En 2020 se incorporó un tercer socio (G.G.A.) con quien arrancó definitivamente la iniciativa turística. Al frente de la gestión se encuentra Tamara Valderas, que ha puesto sobre papel el proyecto denominado Conjunto Histórico Monumental Patrimonio de la luz.
Alguno de los espacios estaban abiertos y la gente se metía en ellos pero no los respetaba. Basura, grafitis e, incluso, una furgoneta robada y quemada en el interior. Oficialmente, las visitas se abrieron al público el día 1 de cotubre de 2020. Se realizan visitas personalizadas y, a día de hoy, se ha conseguido establecer un calendario oficial de visitas de martes a domingo con tres pases: a las 10, 12 y 17 horas.
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