UCCL prevé una cosecha dos millones de toneladas, pero prevé una rentabilidad mínima por los bajos precios

Se trata, según ha reconocido esta mañana la presidenta de la organización agraria, Susana Pardo, de un nivel de producción «muy bueno» en términos generales. En principio, se prevé una productividad media de alrededor de 5.000 kilos por hectárea, aunque, como es lógico, la alegría en este sentido va por barrios, ya que en comarcas como la de Páramos no se prevé una producción tan elevada como otros años. Además, en esta ocasión, se están viendo diferencias significativas entre especies y variedades.

En este sentido, desde UCCL reconocen que la meteorología ha acompañado este año al desarrollo de los cultivos, que «han secado muy rápido». De hecho, la cosecha se ha adelantado «unos quince días» y en muchas zonas ya se ha terminado de recoger el cereal. En total, en la provincia se han cultivado 366.445 hectáreas de secano, de las que 177.800 son de trigo y 172.923 son de cebada. Otros cultivos, como el centeno (4.455 hectáreas) y la avena (8.123 hectáreas) tienen una presencia aún testimonial.

Sin embargo, todas esas buenas perspectivas van a caer en saco roto. Así al menos lo aventuran los responsables de las organizaciones agrarias. Y es que, la sobreproducción de cereal y la escasa salida que han tenido durante los momentos más críticos de la pandemia las producciones almacenadas han hecho que los precios se desplomen. Aún más. De esta forma, el cereal está pagándose «a precios de principios de los años 80'», es decir, a un precio «totalmente insignificante respecto al nivel de vida actual».

La queja es ya habitual, pero no por eso el problema desaparece. De hecho, cada año parece acrecentarse, ya que los costes de producción continúan al alza. Este año, por ejemplo, las lluvias tardías han provocado «muchas enfermedades» que han generado un mayor gasto en tratamientos. Además, los pedriscos de principios de junio han afectado a «alrededor del 10% de la producción de la comarca de Arlanzón», lo que conlleva también un mayor coste en seguros.

De esta forma, el axioma es claro, pero el escenario que dibuja es muy oscuro. Se producirá más, pero la rentabilidad respecto al año pasado será de «entre 50 y 100 euros menos por hectárea de trigo» y de «entre 150 y 200 euros menos por hectárea de cebada», la especie más afectada por la caída de precios. Hagan sus cálculos para una explotación tipo de unas 100 hectáreas.

A la vista de todo ello, desde UCCL se instará a los agricultores a almacenar toda la producción que se pueda y esperar a que los precios suban algo durante los próximos meses. Y mientras tanto, ya se ha puesto sobre la mesa la intención de retomar las movilizaciones para exigir precios más justos.

A este respecto, Pardo ha recordado que la pandemia de la covid obligó a suspender la gran manifestación que estaba prevista para el pasado 11 de marzo, pero la 'patata caliente' del reparto de la cadena de valor (se calcula que el agricultor se queda sólo con el 8% de dicha cadena) y de los fondos de la PAC (se habla de una reducción del 10% de las ayudas) siguen sobre la mesa.