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Vista panorámica de Santo Domingo de Silos. PCR
Turismo en Burgos: El turismo rural empieza a cerrar reservas para julio y agosto, pendiente de las restricciones
Turismo en Burgos

El turismo rural empieza a cerrar reservas para julio y agosto, pendiente de las restricciones

Junio está siendo un mes flojo pero el turista muestre interés y ganas por viajar. Los alojamientos de turismo rural están limitados en aforo, pero también por grupos de convivencia

Domingo, 6 de junio 2021, 09:10

Con incertidumbre afrontan los establecimientos de turismo rural el verano. Las expectativas son buenas, tampoco para tirar cohetes, pero sin los cierres perimetrales al menos los negocios han vuelto a funcionar tras más de un año y medio prácticamente cerrados. El único respiro se ... lo dio el pasado agosto y fue tan efímero que casi ni se recuerda en Burgos, donde se espera algo más de alegría para los próximos meses.

«Las reservas que están llegando son para julio y agosto, junio está bastante flojo», admite Domingo Hernández, vicepresidente de la Asociación de Turismo Rural de Burgos, TURALBUR. Se ha notado un aumento del tráfico en las páginas web de los establecimientos, más llamadas solicitando información, pero las reservas tardan más en llegar, y una de las razonas son precisamente las restricciones.

Ahora mismo, y pese a haber desescalado al nivel 2 de alerta sanitaria, en los establecimientos de turismo rural solo se pueden reunir un máximo de 12 personas de dos grupos de convivencia. En el caso de que sea solo un grupo de conviviencia, el aforo máximo es del 50%. Restricciones que «limitan mucho las posibilidades», apunta Hernández, pues el turismo rural es básicamente de familias y grupos de amigos.

«Hay grupos de amigos o familias amplias que, al ser más de dos grupos de convivencia, tienes que rechazar la reserva«, se lamenta. Y, una vez más, las diferencias entre comunidades autónomas pueden generar agravios comparativos. Lo que sí notan es las ganas de la gente por salir. «Se ve un poco más de alegría», admite el vicepresidente de TURALBUR, muy consciente también de que el turismo rural se enfrenta a otros dos handicap.

Por un lado, el habitual de la oferta alternativa del 'Sol y Playa', que este año parece que triunfa de manera especial. Es una «fuerte competencia», admite Domingo Hernández, pero el turismo rural tiene su público y, de nuevo, puede ser una gran alternativa para el verano, aunque no todo el mundo tendrá capacidad económica para afrontarlo. En general, para salir de turismo o cogerse unas vacaciones.

Este será el otro handicap, el económico. «Hay gente muy azotada por la crisis», recuerda Hernández, y el turismo no es una prioridad, como el ocio en general. Las consecuencias económicas de la pandemia «las vamos a notar a medio plazo en el ámbito turístico», insiste el presidente de TURALBUR. Pero, a pesar de todo, el sector intenta mirar el futuro con un poco de optimismo.

Cancelaciones

El vicepresidente de TURALBUR, Domingo Hernández, explica que los clientes pregunta mucho por la política de cancelaciones del establecimiento. «No se fían de lo que pueda pasar», tras un año de cierres y aperturas constantes, y con un verano incierto en cuanto a restricciones.

Cada establecimiento aplica la medida que estima oportuna, dentro de la legalidad, pero en general se busca un equilibrio entre satisfacer las peticiones del cliente y preservar el negocio.

«Somos una microempresa y una reserva de quince días que te cancelen con una semana de margen es posible que la tengas perdida», reconoce, pero también es consciente de que hay que dar garantías al cliente por si necesita cancelarla.

Para este verano esperan cifras similares a las de 2020, «que fue bueno pero no para tirar cohetes», y lo más importante, los establecimientos de turismo rural esperan que para el otoño la situación esté normalizada. «Llevamos prácticamente año y medio cerrados», recuerda Hernández. Cuando se les ha permitido trabajar, los cierres perimertrales han hecho inviables los negocios.

Lo han pasado muy mal, reconoce, y las ayudas han llegado a cuentagotas. Incluso, las más recientes de la Junta, no cubrirán a la mayor parte de los profesionales porque están destinadas a aquellos negocios que se han endeudado, y en muchos casos se ha optado por tirar de ahorros antes que contraer deudas. Un criterio injusto contra el que clama todo el sector turístico de la región.

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