La titularidad compartida suma 22 explotaciones más en Burgos en el último año

Castilla y León es la comunidad que más explotaciones agrarias en titularidad compartida aporta a España. El total a nivel nacional es de 1.226. Las 569 de Castilla y León suponen el 46,4%.

La titularidad compartida es una figura jurídica de la explotación agraria a la que pueden acogerse aquellas parejas que comparten el trabajo y la gestión de una explotación. Esta medida se puso en marcha dentro de los planes para la igualdad de género en el desarrollo sostenible del medio rural con el objetivo de mejorar la inclusión social y laboral y la participación económica de las mujeres del medio rural.

Este 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales para reconocer la función y contribución decisiva de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural. La titularidad compartida permite que la administración, representación y responsabilidad de la explotación sea de las dos personas titulares, fomentando la igualdad entre ambas. Era corriente, aunque sigue ocurriendo, que, aunque los dos miembros de la pareja trabajen en la explotación agraria, se considere que la mujer ayuda al marido. Ella no aparece registrada, su trabajo no se valora cuantitativamente y esto tiene repercusiones negativas en el futuro.

Pese a ello, Lucía Martín, encargada de Afammer en Burgos, cree que la titularidad compartida no ha llegado a tener el calado que debía. «El problema es que ha habido poca información y el medio rural está envejecido. Las mujeres son mayores y no les interesa empezar a cotizar para pocos años. Ahí ha residido el problema: poca información y que ha llegado tarde para muchas mujeres. Ha llegado cuando la despoblación ya ha empezado a ser un problema enquistado y grave para el medio rural», explica Lucía Martín.

Añade que alguna mujer joven «sí se está sumando, pero que conozcamos en Burgos no hay muchas mujeres que estén en titularidad compartida. Para todas las explotaciones agrarias que hay en la provincia, 78 no es un número elevado. Seguro que en muchas trabajan mujeres y no se reconoce en los papeles».

Para Afammer, la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural, la información sobre esta figura llegó tarde, «la ley lleva muchos años, pero ha tenido más incidencia en los últimos años por la llegada de información. Nosotras en Afammer tenemos unas jornadas sobre la titularidad compartida por la provincia de Burgos y nos cuesta hacerlas porque no hay mujeres interesadas en ello», reconoce.

Para Lucía Martín el problema es claro, el envejecimiento, «los pocos jóvenes que optan por la agricultura en el medio rural es porque heredan la explotación. Ahora mismo es impensable que un joven se ponga por su cuenta de cero en un trabajo agrario en el medio rural».

Por su parte, el envejecimiento de la población tiene otra incidencia clara en las mujeres, y es que el trabajo de cuidados sigue recayendo sobre ellas, lo que les impide realizar un trabajo a jornada completa fuera de casa. Igualmente, los trabajos de cuidados del medio rural no están bien remunerados y son duros. Por ello, Martín recomienda, en muchas ocasiones, porque las mujeres se creen sus oportunidades laborales. «A veces no nos creemos que los pueblos seguimos vivos y podemos subsistir. En el medio rural es duro crear un trabajo y difícil, pero hay que intentarlo», añade Lucía Martín.