La borrasca 'Elsa' ha golpeado duro en Burgos. La provincia ha amanecido hoy intentando recuperar la normalidad tras el paso de uno de los temporales más agresivos de los registrados en los últimos años. Un temporal de agua y viento que ayer provocó ... numerosas inundaciones y cortes de carretera a lo largo y ancho de la provincia.
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De hecho, algunos puntos continúan en situación crítica. Ese es el ejemplo de Melgar de Fernamental. Ayer, el Pisuerga se desbordó a su paso por la localidad, anegando buena parte de las riberas y afectando de lleno a numerosas instalaciones, como el instituto, el campo de fútbol, la potabilizadora, el frontón, el polideportivo municipal, varios invernaderos y el centro de interpretación Pisórica.
Todas esas instalaciones han amanecido hoy cubiertas de agua, ya que, aunque el río ha bajado su nivel, la escollera levantada en su día está actuando como dique e impidiendo que las aguas que salieron ayer regresen al cauce. Así, en el instituto, que ayer tuvo que ser desalojado, hay ahora mismo unos 20 centímetros de agua, si bien, los daños se han conseguido contener, ya que los materiales más importantes se trasladaron ante la previsión de inundación, según ha confirmado el director provincial de Educación, José Antonio Antón.
También se continúa mirando con recelo al Arlanza, que baja muy crecido y mantiene la alerta roja en localidades como Salas de los Infantes o Peral de Arlanza. Allí, el pico de la crecida se registró a última hora de ayer, y aunque la tendencia es a la baja, lo cierto es que la altura y caudal del río se mantienen estables en niveles muy superiores a los habituales (unos 2,5 metros de altura y 140 metros cúbicos por segundo en Salas).
Mejores espectativas se tienen en Miranda de Ebro, donde el pico de la crecida llegó, tal y como estaba previsto, a medianoche. Aunque las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) apuntaban a una situación no tan grave como en episodios anteriores, el desbordamiento del propio Ebro aguas arriba activó todas las alarmas. Finalmente, el río alcanzó una altura de 3,84 metros y un caudal de 510 metros cúbicos por segundo, anegando varias zonas urbanas, pero sin causar los destrozos de otras crecidas recientes.
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Sea como fuere, lo cierto es que la jornada de ayer fue una auténtica locura, con desbordamientos de ríos y carreteras cortadas a lo largo y ancho de la provincia. Quizá, la situación más complicada se vivió en la propia cuenca del Ebro y sus afluentes, que registraron varias crecidas extraordinarias.
De hecho, el propio Ebro se desbordó en varios puntos a su paso por Villanueva de Rampalay, Cidad del Ebro, Manzanedo y Manzanedillo el Ebro, obligando a los servicios de emergencia a rescatar a una mujer que se había quedado atrapada en su vivienda en Tubilleja.
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También fue necesaria la presencia del Grupo de Rescate de Protección Civil para sacar a siete personas incomunicadas en su vivienda en Covanera. Allí, el que se desbordó fue el Rudrón, que cortó la N-623 en dos puntos.
Ese fue el corte de carretera más problemático, pero no el único, ni mucho menos. Una situación parecida se vivió en la N-120 en Melgar de Fernamental ante la crecida del Pisuerga, en la N-232 en el entorno del desfiladero de Los Hocinos o en la CL-629 a su paso por Sotopalacios. A estas horas, esta es la única vía que permanece impracticable una vez que el resto de ríos han ido bajando el nivel. En algunos de esos lugares fue necesaria la presencia de los equipos de emergencia para rescatar a algún conductor atrapado.
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La situación también fue muy complicada en la zona meridional de la provincia. En Palacios de la Sierra, el Arlanza se desbordó a la altura del campo del fútbol y ha anegado varias parcelas agrícolas. En Covarrubias, el río también inundó las fincas más próximas, aunque el agua no llegó hasta el pueblo.
Menos acostumbrados a estas situaciones están los vecinos de Burgos capital, que a media mañana veían cómo el Arlanzón incrementaba sinificativamente su caudal y nivel a su paso por el casco urbano. De hecho, la crecida anegó todos los paseos del cauce y amenazó con inundar las zonas más bajas, alimentado por el Vena, que también baja con fuerza.
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