Varios agricultores observan los surcos que el jabali hace con su hocico para comerse las semillas de maíz. Fran Jiménez

La superficie dañada por la fauna salvaje en Burgos crece un 58 opr ciento en el primer cuatrimestre del año

Agroseguro desvincula este aumento a la incidencia de la covid-19 porque la actividad en el campo no ha cesado, sino a las diferentes condiciones climatológicas entre ambos ejercicios

Domingo, 31 de mayo 2020, 13:04

La superficie agrícola dañada por la presencia de fauna silvestre o cinegética en la provincia de Burgos ha crecido un 58,4 por ciento entre los meses de enero y abril de este 2020. En este periodo el número de hectáreas declaradas asciende a ... 1.412, lo que supone un 58,4 por ciento más que las declaradas en 2019.

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En este tiempo, aunque el número de hectáreas dañadas por fauna silvestre y cinegética ha aumentado no lo ha hecho el número de siniestros que se sitúan en 196, lo que supone un 3,4 por ciento menos de siniestros, según los datos facilitados por Agroseguro a la Agencia Ical. Los siniestros se reducen un 3,4 por ciento pero son más virulentos porque la superficie dañada crece un 58,4 por ciento.

En la comunidad de Castilla y León la superficie agrícola dañada por la presencia de fauna silvestre o cinegética en la región ha crecido un 27 por ciento entre los meses de enero y abril, periodo en el que el número de hectáreas declaradas asciende a 6.833 frente a las 5.437 del mismo periodo del año pasado. En este tiempo, el número de siniestros ha alcanzado los 844 frente a los 765 del año pasado, es decir, un 10,3 por ciento más.

Daños provocados por la fauna salvaje. Fuente: Agroseguro. Ical

La paralización de la actividad y la desaparición en gran medida de la vida humana desde hace dos meses, sobre todo en las ciudades, ha dejado estos meses estampas peculiares en distintos puntos del territorio nacional donde se han podido ver animales como corzos, jabalíes y otras especies campando a sus anchas por las calles de grandes capitales, una llegada favorecida por el confinamiento, si bien en los últimos años ya se había visto alguna imagen similar.

A pesar de esta incidencia mayor que el año pasado, desde Agroseguro se desvincula este aumento de daños por fauna en los terrenos agrícolas a la posible incidencia de la covid-19, ya que el trabajo en el campo, al tratarse de una actividad esencial, no se ha interrumpido pese a la declaración del estado de alarma. Lo que sí ha cambiado de un año a otro han sido las condiciones en las que se encuentra el campo, que en principio prevé en este 2020 un buen año frente al pasado, que de nuevo estuvo marcado por una sequía acusada. «Lo bueno podría ser comparar entre dos años buenos en los que se den las mismas circunstancias», explicó a Ical el director territorial de Agroseguro en Castilla y León, José Ignacio García Barasoain.

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García recordó que los agricultores han podido seguir desarrollando las tareas del campo «sin problema» y, por lo tanto, desde este punto de vista no se ha visto perjudicada por la pandemia. «Tenemos casi todo tasado y no nos ha supuesto problemas» reconoció el director territorial de Agroseguro en Castilla y León, quien explicó que las únicas dificultades se han encontrado en posibles ralentizaciones a la hora de contratar un seguro, un trámite que ha podido resultar «más lento».

Sin embargo, estimó que los animales «no han campado a sus anchas» por lo que llamó a manejar las cifras con «cierta cautela». Lo que aclaró es que el año pasado, como fue un ejercicio marcado por la «acusada» sequía, los posibles daños ocasionados por la fauna quedaban «enmascarados» en la petición de daños por la falta de agua. «Este año puede haber más incidencia porque el agricultor ha dado algún parte más porque el campo está mejor y esos daños no se van a incluir en la tasación de sequía», explicó García.

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Dado que este año, si no se producen cambios importantes, se prevé una buena cosecha, por lo que los agricultores están dando parte de los daños por fauna «donde realmente se ve un daño superior al 20 por ciento» que es el mínimo indemnizable. Igualmente, no descartó que haya parcelas en las que está habiendo daños pero no se dé parte de ellos porque no se llega a ese mínimo. «En parcelas de 7.000 kilos de cebada, para que se vea dañado un 20 por ciento, tiene que comer mucho un conejo», estimó.

Aunque por el momento se desconocen los animales que han ocasionado los daños, algo de lo que se tiene constancia en el momento de la tasación, García declaró que hasta el 90 por ciento de los daños, excepto en Tierra de Campos de las provincias de Palencia y Valladolid, corresponde de forma habitual al daño que provoca el conejo, que supone «una endemia total». El jabalí también ocasiona perjuicios o el corzo en el caso de Soria, «Para la agricultura normal, el mayor problema suele ser el conejo», y en especial en provincias como Burgos, donde «hay más conejos que mosquitos», bromeó.

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Jabalíes

Desde la organización agraria Asaja ya se pidió hace solo unos días a la Junta de Castilla y León la autorización de permisos excepcionales durante el estado de alarma para cazar jabalíes de manera controlada y responsable, como ya se ha llevado a cabo en otras comunidades, y así evitar daños en las cosechas de la Comunidad, en especial en el caso del maíz, los guisantes o el trigo.

El coordinador de Coag en Castilla y León, Aurelio Pérez, reconoció que solo habían pasado unos días desde la declaración del estado de alarma cuando era posible ver a los animales «a la puerta de casa», e hizo referencia en especial a los daños ocasionados por los jabalíes en un momento en el que suelen hacer los camastros para las parideras. «Al estar los trigos altos o los forrajes, lo hacen en esas zonas» y llegan incluso a ocupar «cien metros cuadrados y amontonan toda la hierba que hay ahí», aseveró.

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