Siete zonas de salud de Burgos incumplen el mínimo de 400 tarjetas sanitarias por médico propuesto por la Consejería

En este encuentro se debatió sobre las fórmulas más eficaces para conseguir que la atención sanitaria en el medio rural sea eficaz y autosuficiente. La estrategia de la Consejería de Sanidad tiene como base un documento aprobado en diciembre de 2020 por las Cortes regionales y que consta de 122 propuestas. Este texto fue elaborado por un grupo de 18 expertos designados por los diferentes grupos parlamentarios.

Una de las acciones para la Atención Primaria sería la de elaborar una estrategia de recursos humanos que tenga en cuenta las carencias actuales y las necesidades futuras. Así como diseñar un cronograma de medidas a implantar para permitir la sostenibilidad de las plantillas. La propuesta de modificación de los cupos busca conseguir tamaños óptimos. Ese cupo se ha establecido en 400 tarjetas sanitarias, como mínimo, por facultativo.

En la provincia de Burgos hay 37 zonas básicas de salud, de estas siete no cumplen este cupo. Son siete áreas rurales y son las zonas de salud de Huerta de Rey (313 tarjetas sanitarias por médico), Melgar de Fernamental (379), Pampliega (363), Valle de Losa, (174) Valle de Tobalina (305), Valle de Valdebezana (283) y Villadiego (291). Además, hay otras seis áreas de salud, también rurales, que están cerca de incumplir ese cupo de 400 tarjetas sanitarias por médico. Estas son , Aranda Rural (482), Espinosa de los Monteros (411), Lerma (462), Quintanar de la Sierra, (417) Salas de los Infantes (434) y Sedano (432).

Son las áreas rurales las que menor número de tarjetas por facultativo arrojan. La media de tarjetas sanitarias por médico en la provincia de Burgos es de 966. Cifra que asciende hasta las 1.343 si solo tenemos en cuenta las zonas de salud urbanas y que desciende hasta las 503 en las zonas básicas de salud rurales de la provincia.

Francisco Igea, vicepresidente de la Junta de Castilla y León y portavoz del equipo de Gobierno, ha asegurado en su última intervención tras el Consejo de Gobierno que «no va a desaparecer ninguna zona básica de salud». Igea ha explicado que la implantación de este cupo se hará «a medida que se vayan produciendo bajas o jubilaciones, no es una medida que se implementa de una vez sino que se irá reordenando de manera progresiva a medida que se produzcan las jubilaciones».

Ha defendido esta medida porque ha asegurado que «no es bueno, no permite la mejora permanente de la práctica médica. Hay estudios que indican que esto influye en los resultados a largo plazo porque es bueno mantener un nivel de actividad para los conocimientos y habilidades».

El vicepresidente ha asegurado que hay que «organizar la asistencia. Hay que prever las jubilaciones, las plazas de formación, el déficit. Lo que se hace en salud pública es programar, cuando se tiene sentido común, cabeza y capacidad de gestionar de manera anticipada».

Igea apunta que los estudios de demografía de los profesionales sanitarios están publicados hace años, «hace años que sabemos cuándo se van a jubilar y cuántos estamos formando». Por ello defiende la anticipación y la capacidad de respuesta a unos eventos que «no son inesperados, son programables».

En la provincia de Burgos, según estos datos de la Consejería de Sanidad, hay operativos según las cifras de enero a junio de 2021, 319 médicos de familia de Equipo de Atención Primaria, 176 ejercen su labor profesional en centros de salud urbanos de la provincia de Burgos y 143 lo hacen en centros de salud rurales.