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Susana Gutiérrez
Aranda de Duero
Domingo, 15 de agosto 2021, 09:29
El tirón de Vetusta Morla llevó a Sonorama Ribera a colgar en su última noche el cartel de 'no hay billetes'. 5.000 personas coparon el aforo permitido para el festival en tiempos de la covid, en la tercera jornada de conciertos. Una noche ... con un gran cartel musical, una férrea seguridad y con la sensibilidad a flor de pie. Entre los espectadores, emoción por haber podido vivir por fin un festival, aunque muy diferente a los anteriores a la pandemia, pero también la incógnita sobre lo que pasará en 2022, si se repetirá el formato o se podrá volver al de tiempos pasados.
A pesar de que el evento se ha celebrado con menos del 20% del público de la cita de 2019, sin conciertos en el casco urbano, sin zona de acampada, ni actividades paralelas; ha sido, sin duda, la edición más complicada y con mayor presión que ha vivido la organización. Las medidas restrictivas, intentar velar por la seguridad y el cumplimiento de las normas, las mejoras diarias o convertirse en el epicentro de las miradas críticas, han supuesto un desgaste añadido para la asociación Art de Troya y la dirección del evento. En cualquier caso, el balance es positivo, hay satisfacción por la actuación del público en general y también «por haber sido capaces de ir mejorando día a día, según de detectaban los fallos o problemas». Reforzando la seguridad y siendo implacables con los casos aislados que incumplían alguna de las normas. Así lo traslada la organización del evento, que defiende que ha merecido la pena seguir adelante con esta edición de festival y apelan una vez más a la necesidad de seguir trabajando «por la cultura segura» y velar por «los cientos de puestos de trabajo que genera este sector». En lo que se refiere al plano musical, el festival destaca la implicación que han tenido todos y cada uno de los artistas con Sonorama y su compromiso encima del escenario.
En la noche del sábado todas las miradas estaban puestas en Vetusta Morla. Tras seis años de ausencia, la banda se volvía a subir al escenario del festival que, de alguna manera, les cambió la vida en 2008. Hace trece años, un grupo prácticamente desconocido actuaba en la céntrica plaza del Trigo. Ese año, el festival inauguraba sus conciertos diurnos, que han forjado con el paso del tiempo la identidad y diferencia de Sonorana.
Tras una increíble actuación, bajaron de ese escenario convertidos en promesas bajo con un público reclamando su presencia en el escenario principal reservado para los cabezas de cartel. Escenario en el que triunfaron al año siguiente, y después una carrera llena de éxitos. La banda empezó a forjar la leyenda de la plaza del Trigo, la que cuenta que el escenario da suerte y catapulta a la fama a los grupos más destacados.
Desde la última presencia del grupo en Aranda, en el año 2016, los sonorámicos reclamaban incesantemente a Vetusta en el cartel. Y por fin, anoche, llegaba ese ansiado momento. El grupo lo dio todo ante un recinto entregado a cada una de sus canciones. Faltaban diez minutos para las once de la noche, cuando el sexteto comenzaba su espectáculo con 'Los Días Raros', por delante 17 intensos temas que han puesto a la banda en los más alto del panorama musical nacional. Inolvidable la interpretación de '23 de junio' con los burgaleses Fetén Fetén.
Pero antes de que Pucho y los suyos se subieran al escenario, Sonorama había vivido una jornada musical muy intensa. La Habitación Roja, uno de los grupos más veteranos del panorama indie, regresaban al evento recordando que han pasado por todos los escenarios de Sonorama a lo largo de su historia.
La banda valenciana liderada por Jorge Martí, mezcló sus temas más exitosos como 'Voy a hacerte recordar' o 'Ayer', con las canciones que conforman el nuevo trabajo de este grupo con casi tres décadas de trayectoria.
Les precedieron en el cartel, La La Love You, una joven formación con ritmos de lo más bailable, que desprenden optimismo y positivas letras. El público demostró que «bailar sentado es bailar», como aseveró Eva Amaral en su concierto de viernes. La La Love You, de alguna manera, fue profeta en su tierra, ya que uno de los componentes de la banda es originario de Aranda de Duero.
Comandante Twin y Ginebras fueron los encargados de abrir la jornada del sábado, ante un público más mermado debido a las altas temperaturas de la tarde, pero con el apoyo de sus fans más incondicionales. Las luces se apagan con Varry Brava Jack Bisonte y, a partir de ahí, a pensar en 2022, con esperanzas de que la situación cambie y revivir festivales como los de antes.
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