Los vecinos de la Ribera del Duero no quisieron dejar pasar la oportunidad de que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, visitara la capital arandina. Aprovecharon varios actos para mostrar su negativa ante las plantas de biogás, las macrogranjas y también su oposición a la concejala Virginia Martínez.
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La agenda de Mañueco comprendía, durante el miércoles 13 de noviembre, la visita a las obras del nuevo hospital de Aranda de Duero. En el lugar, vecinos de varios pueblos afectados por proyectos de plantas de biogás y macrogranjas aprovecharon para pedir al presidente de la Junta y al delegado territorial, Roberto Saiz, medidas más estrictas para la colocación de estas instalaciones.
«Estamos haciendo lo habido y por haber», explicaban los vecinos a Saiz, que les emplazaba a hablar con sus alcaldes. Más tarde, los habitantes de los pueblos afectados por estas instalaciones se trasladaron hasta las inmediaciones de la Casa de la Cultura de Aranda, donde Mañueco presentaba el proyecto del hospital, al que considera un ejemplo de vanguardia, sostenibilidad y eficiencia.
Fuera del edificio, decenas de vecinos se agolpaban para protestar. Gritaban, silbaban y agitaban sus pancartas contra la proliferación de macrogranjas y plantas de biogás. «Esos señoritos de los trajes, el señor Mañueco, ¿sabe lo que están haciendo a los pueblos de La Ribera?», se oía en la calle Isilla.
«Menos trajecitos, más Burgos y a currar», les emplazaban los manifestantes. Estos habían venido de pueblos como Fuentemolinos, Milagros, Fuentelcésped, Valdezate, Adrada de Haza, Vadocondes y Castrillo de la Vega, entre otros. Pueblos que, unos días atrás, ya habían mostrado la solidaridad que tienen entre ellos en una concentración multitudinaria contra la ganadería industrial en forma de macrogranjas y las plantas de biogás.
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«No tienen vergüenza con lo que están haciendo a nuestros pueblos» o «Fuera, fuera» eran otras de las proclamas que se gritaban en la calle Isilla a la salida de los representantes políticos. «La creación y ampliación de macrogranjas y plantas de biogás en toda la zona provoca gran malestar en los ciudadanos, que ven como va en detrimento la calidad de vida en sus pueblos, con agua contaminada y aire irrespirable y perjudica gravemente la marca Ribera del Duero como motor turístico de la zona», explicaban los vecinos en un comunicado.
Afirman que sienten que la comarca está en situación de «indefensión» y acusan a la Junta de Castilla y León de no hacer «nada por frenar la invasión de esta macroindustria altamente contaminante».
Además de estos vecinos de La Ribera del Duero, otros de la propia Aranda se acercaron hasta las inmediaciones de la Casa de la Cultura. En su caso, algunos mostraban pancartas contra Virginia Martínez, concejala expulsada del grupo municipal popular del Ayuntamiento de la Villa.
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«Virginia, ¿presidenta o concejala?», rezaba un cartel de la concentración vecinal. Dos protestas que quisieron trasladar a Mañueco y el resto de representantes políticos que se habían personado en Aranda de Duero.
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