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Sonorama Ribera se resiste de momento a cancelar su edición de 2020 y esperará unas semanas para tomar la decisión

Javier Ajenjo, director del festival arandino, insiste en que se esperará «todo lo necesario» antes de tomar la traumática decisión

Sábado, 25 de abril 2020, 09:01

Siguen trabajando en la edición del mes de agosto, apurarán al máximo el tiempo antes de tomar la decisión de suspender el festival e insisten en que, en caso de celebrarse, estará garantizada al 100% la seguridad de los asistentes. La maquinaria de Sonorama ... Ribera sigue funcionando a pesar de la alerta sanitaria por la covid-19. En la organización tienen claras algunas cosas como que el evento, si no se puede hacer del 12 al 16 de agosto, no se pospondrá, ni cambiará de fechas. A mayores, confiesan que trabajan en alguna alternativa sorpresa.

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«Vamos a seguir las pautas que marque la Administración. Ahora esperamos al 10 de mayo que acaba la prórroga del estado de alarma y a ver si entonces las cosas están más claras. A partir de ahí, se irán marcando las pautas, pero lo que sí que tenemos claro es que esperaremos todo lo necesario, hasta incluso un mes previo al festival. Las cosas van cambiando cada día, no podemos aventurarnos con decisiones que no podemos tomar ahora mismo, ni para bien ni para mal. Ojalá supiéramos ya que no se puede hacer, todo son suposiciones», explica el director de Sonorama Ribera, Javier Ajenjo.

De esta manera, fija en el 10 de mayo el punto de partida de lo que «pueda pasar a nivel global». En cualquier caso, Ajenjo confiesa que las actuaciones en el centro de la ciudad están prácticamente descartadas. «En el casco urbano de Aranda estaría complicado, pero el recinto está vallado, al aire libre y con posibilidad de hacer controles. Estamos viendo unos protocolos que servirían no solo para este año, sino para el futuro, con arcos de desinfección, tomas de temperatura, dar seguridad a la gente», recalca.

En esta línea, incide en que cualquier posibilidad de celebración del evento tendría que pasar por garantizar al 100 % la seguridad. «Lo que tiene que saber la gente es que tenemos una premisa clara, solo se hará si se garantizan todas las condiciones de seguridad para bandas, trabajadores, nuestro público y los arandinos».

El director de Sonorama Ribera insiste en mantener las esperanzas hasta el último momento y luchar por la celebración del festival. «Hay que ver cómo evoluciona el verano, cómo se va a poder salir a la calle y cómo van a ser las relaciones sociales. Tenemos un proceso por delante de adaptarnos, cambiar y tomar una serie de decisiones. Las cosas no van a ser como antes, pero no tienen que ser peores. Si algo sabemos tras 23 años es reinventarnos, lo haremos».

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En el caso de una suspensión marcada por las autoridades: «que nos digan ellos que no se pueda hacer», desde la organización de Sonorama Ribera, prometen alguna emoción. «Somos inquietos y algo haremos. No sé qué actividad, si no hay Sonorama como queremos, habrá algo, no sabemos de qué forma, pero estaremos». Javier Ajenjo recuerda que, más allá de una cita festivalera, Sonorama supone un revulsivo económico para Aranda de Duero de más de ocho millones de euros. «No me quiero imaginar un mes de agosto sin esa inyección económica, prefiero no pensarlo de momento», lamenta.

Apoyos

Sonorama Ribera, según su director, cuenta con una maquinaria que supone un coste de entre 300 y 400 mil euros al año, a pesar de que no se celebre, «desde publicidad, personal, estructuras, alquileres, proceso y luego hay artistas que entienden y otros que no y hay que ceñirse a las cláusulas de un seguro, no hay ningún seguro que contemple la pandemia, es probable que tuviéramos perdidas también por ahí». En ese caso, Ajenjo ve necesario seguir contando con el apoyo de los patrocinadores «que ya nos han dicho que van a estar a nuestro lado y los estamos sintiendo muy cerca» y también de las instituciones, «el Ayuntamiento también tendría que responder y demostrar si quiere que haya festival en 2021».

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Por otro lado, Sonorama Ribera, durante la crisis sanitaria de la covid-19, ha demostrado que es más que un festival mostrando su apoyo logístico y voluntario para la puesta en marcha de un hospital de campaña en el recinto ferial, una de las sedes del evento. Un centro que cerrará previsiblemente sus puertas la próxima semana al haber descendido la presión hospitalaria. «Hemos intentado aportar nuestro granito de arena, el trabajo fundamental ha sido de los sanitarios, pero hemos intentado dar respuesta a todo lo que nos han solicitado», concluye Ajenjo.

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