Una procesión diferente, desde los hogares y marcada por unas calles desiertas. La localidad de Sotillo de la Ribera no quiso perder sus costumbres y reinventó su tradición del Cristo del Miserere adaptándola al estado de alarma. De esta manera, los vecinos colocaron velas en las ventanas y balcones de sus viviendas, siguiendo el tradicional recorrido de la procesión.
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Llegadas las 21·30 horas del Jueves Santo, los cofrades salieron a ventanas y balcones con cornetas y tambores como de forma tradicional realizan por las calles del municipio ribereño. Desde el resto de los hogares, se participó poniendo la música del Miserere.
La tradición marca que el Jueves Santo en Sotillo de la Ribera se vive la Carrera de la Pasión, con un municipio en penumbra y alumbrado con multitud de hogueras encendidas en cada barrio y pequeñas candelas colocadas en los alféizares de las ventanas. En ella, se porta imágenes como la del Cristo del Miserere de Sotillo y se entona el Miserere tradicional que da nombre a la imagen y cuya partitura y cántico original se han puesto en valor a través de la transcripción de la partitura y su ensayo por parte del coro.
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