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Apenas 300 personas y una deuda que tardaron diez años en pagar. Ese fue el resultado de la primera edición del festival Sonorama, celebrado el sábado 25 de julio de 1998 en la extinta plaza de toros de Aranda de Duero. La iniciativa había nacido ... de unos jóvenes veinteañeros. Decidieron montar un festival de música como solución para reflotar una tienda de discos que habían puesto en funcionamiento con poco éxito. En el cartel aparecían tres grupos: Doctor Explosión, Chucho y Mercromina. La entrada tenía un precio de 700 pesetas en venta anticipada (4,20 euros) y 1.000 pesetas en taquilla (seis euros). Apenas se vendieron 200 tickets. Viendo la poca animación, a punto de empezar los conciertos, se abrieron las puertas y tampoco el éxito fue mayor.
A pesar de esa pésima primera experiencia y el nefasto resultado económico, aquellos amigos decidieron seguir adelante con su sueño, a través de la Asociación Art de Troya. Muchos se preguntan cómo después de ese fracaso, y algunos sucesivos, el evento se ha convertido en uno de los mejores festivales de España con casi 200 grupos y 26.000 personas por día. «La perseverancia, la amistad, el trabajo altruista, el sobreponerse a problemas y la falta de ayudas públicas nos han hecho fuertes», detalla el director de Sonorama, Javier Ajenjo.
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Susana Gutiérrez
En 1999, la segunda edición del festival se prolongó durante dos días con un total de once grupos, entre ellos Los Enemigos, y fue el último que se celebró en el extinto coso taurino. En 2000 se daba el salto al campo de fútbol Virgen de las Viñas, por primera vez se habilitó una zona de acampada y en el cartel destacaba la presencia de Los Planetas y Sexy Sadie. La primera presencia internacional de renombre llegó en 2002, con el indie electrónico del grupo francés Rinocerose que se convirtió en uno de los hitos del festival arandino. Pero, tuvo pasar una década, y no fue hasta 2007, en el décimo aniversario ya con el apellido Ribera, cuando Sonorama se consolidó como un festival de referencia, emprendiendo una línea ascendente que no ha parado hasta hoy.
En la historia ha habido muchos momentos claves. Entre ellos, el nacimiento en 2006 del emblemático escenario de la plaza del Trigo, en pleno casco histórico, sobre el que se ha forjado la leyenda de que los grupos suben siendo promesas y bajan convertidos en estrellas. Tradición que comenzaron unos desconocidos Vestuta Morla. Otro de los hitos importantes, se vivió en 2014 con el 'campanazo' que supuso el anuncio de la presencia del cantante Raphael como cabeza de cartel.
Entre las espinitas clavadas, algunos sueños pendientes que ya no se cumplirán. Por ejemplo, contar en el cartel con el cantante italiano Franco Battiato. Una presencia que se trabajó durante años, pero que nunca fue posible porque «él siempre reservaba el mes de agosto para estar con su familia», explica Ajenjo. En varias ocasiones, también se ha intentado contar con Julio Iglesias, quien ha estado «muy cerca» pero nunca se ha llegado a concretar.
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