El pedrisco caído en las últimas semanas en Ribera del Duero ha dejado alrededor de 4.000 hectáreas dañadas y unos 15 millones de kilos de uva que no se recogerán en la próxima vendimia. La Asociación Enológica de la Ribera del Duero, Enoduero, ... ha realizado ese balance tras los estragos producidos por el granizo, en las tormentas sufridas en la Denominación de Origen, sobre todo el 30 de mayo, pero también el 1 y 12 de junio. El sector teme también a lo que pueda pasar esta semana cuando el pronóstico del tiempo augura nuevos sustos. «Estamos en un año complicado en el que las tormentas pueden jugar una mala pasada», advierte el presidente, José Nuño, consciente de que el peligro sigue vigente.
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Aunque en el sector, Asaja ha defendido la necesidad de subir hasta 1.40 euros el kilo, el precio de una uva que el año pasado bajó a 0.85 euros/kilo; el presidente de Enoduero considera que aún es pronto para marcar cifras. Algo en lo que coincide con el presidente de la Asociación de Bodegas Asebor, Iker Arroyo. «Primero hay que ver cómo termina la vendimia, qué producción se alcanza y qué encaje tiene el vino; tanto en bodega dependiendo de la capacidad de cada una, como el precio del vino. No podemos olvidar que es un año atípico tras una pandemia que no ha terminado», defiende Nuño. Apela a la necesidad de ser precavidos porque el mercado del vino «no recupera en seis meses lo que ha perdido en año y medio».
Mientras tanto, a pie de campo, los enólogos extreman cuidados. «Ahora toca hacer tratamientos porque tanto el Mildiu como el Oidio son enfermedades que están llamando a la puerta», detalla el presidente de Enoduero, al recordar que este tipo de situaciones sanitarias se producen cuando la humedad coincide con temperaturas suaves. «Estamos en semana de tormentas y hay que estar vigilantes porque es muy posible que el viñedo quede encharcado y puede ser el caldo de cultivo ideal, si hace calor, como está haciendo».
El presidente de Enoduero realizó estas apreciaciones durante la asamblea anual con sus 110 socios. Tras una década desde su creación, la asociación enológica de la Ribera, trabaja para fomentar y difundir la calidad de los vinos y de las variedades de uvas de la Ribera del Duero, en el territorio regional y nacional, dando valor al trabajo que desempeñan los enólogos en el crecimiento de esta Denominación de Origen.
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