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Un halo de misterio y mucha vida envolvieron este sábado por la noche el subsuelo de Aranda de Duero, porque la única luz del recorrido subterráneo que vertebra el centro de la ciudad fue la de cientos de velas para celebrar la tercera edición de Bodegas entre Velas, un evento que congregó este año a miles de visitantes.
Recitales, conciertos y visitas guiadas para poner en valor las bodegas subterráneas de Aranda, la joya escondida de la localidad, más de siete kilómetros de intrincadas galerías que recorren el centro de la villa y que son la evidencia de la cultura vitivinícola de la ciudad.
Diez bodegas de las más de 120 que se extienden bajo el suelo de Aranda como una auténtica ciudad subterránea, fueron las que este sábado noche se abrieron al público para ofrecer una visión diferente de esta parte tan emblemática del patrimonio de la localidad.
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Muchas de estas bodegas están gestionadas por peñas culturales y taurinas de la capital ribereña, encargadas de revitalizar estos espacios y de hacerlos accesibles para arandinos y turistas.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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