A juicio el cura acusado de agredir sexualmente a una mujer en Aranda de Duero

Los hechos se remontan al mes de julio de 2017, cuando el acusado y la víctima se conociero en un evento religioso de la Iglesia de la Renovación Carismática Católica en Madrid. A.M.G. pertenece a la Diócesis de Alcalá de Henares, donde coincidió con la mujer en otra reunión cristiana. En esta ocasión, según el relato de la Fiscalía, le pidió su número de teléfono y, desde ese momento, comenzó a escribirle mensajes de forma insistente. Tanto es así que la víctima llegó a bloquearle.

El acusado, presuntamente, continuó llamándola desde otros números de teléfono, llamando tanto al teléfono de la mujer como a su puesto de trabajo en Aranda de Duero por lo que, tras la insistencia del procesado en sus llamadas y con la intención de poner fin a la situación, la perjudicada se reunió con el sacerdote en julio de 2018 en la ermita de la Virgen de las Viñas de Aranda. Según la declaración de la víctima, A.M.G. la agredió en los bancos situados tras el templo. Allí el acusado la acorraló presuntamente contra la pared realizándole tocamientos e intentando mantener relaciones con ella.

La perjudicada huyó del lugar pero, a mediados de noviembre de 2018 sobre las 19 o 20 horas de la tarde, el procesado se presentó por sorpresa a la hora de cerrar en el lugar de trabajo de la víctima. Allí, según la Fiscalía, «la echó violentamente de un empujón sobre una camilla» y trató de tocarla por todo el cuerpo mientras la insultaba. Tras un forcejeo entre ambos en el que A.M.G. intentó presuntamente de bajarle los pantalones sin conseguirlo, terminó masturbándose sobre la víctima.

Tras este episodio, el procesado volvió a presentarse en el centro de trabajo de la mujer hasta en dos ocasiones más y continuó con las llamadas y los mensajes hasta que en 2019 la víctima decidió relatar lo ocurrido a un sacerdote de Aranda de Duero que se puso en contacto con el obispo de Alcalá de Henares. En aquel momento se se inició un procedimiento eclesiástico contra el A.M.G. a quien se suspendió cautelarmente de sus funciones ministeriales y que se recluyó en un monasterio.

Al no cesar las llamadas del acusado a la víctima, esta presentó finalmente una denuncia penal el 17 de junio de 2019, aunque el procesado siguió llamando casi a diario y hasta 15 veces en un día a la mujer, tanto a su móvil como a la clínica en la que trabaja.

Por todo ello, A.M.G se enfrenta a una petición de 14 años y siete meses de prisión, acusado de tres delitos de agresión sexual en grado de tentativa y de acoso.