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Rescate de la víctima el 17 de julio del piso de Aranda en el que estaba retenida. Bomberos de Aranda

El joven tiroteado en La Cistérniga estaba huido por retener a una mujer y poseer droga en Aranda

Brayan, de 27 años y conocido por su «agresividad», estuvo en prisión por malos tratos y atacar a los agentes con un machete en 2017

J. Sanz

Valladolid

Miércoles, 3 de agosto 2022, 11:50

Los policías nacionales advirtieron hace cinco años, cuando el joven contaba con 22 años, de su conocida «agresividad». Eso fue a raíz de un episodio de malos tratos continuado sobre su entonces pareja. Brayan L. C., vallisoletano de nacimiento y afincado en Aranda de Duero, ... que falleció en la madrugada del lunes al recibir un disparo de arma corta en el tórax en las inmediaciones de la sala de fiestas Cister Sunday (antiguo mesón La Tía Pepa) de La Cistérniga, pasó entonces, en marzo de 2017, por la prisión a raíz de aquella detención, en la que llegó a enfrentarse a los agentes que le detuvieron con un machete (un cuchillo de carnicero) -en la imagen-.

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Machete con el que amenazó a los agentes en 2017 en Aranda de Duero.

En el historial de la ahora víctima del crimen de La Cistérniga, que contaba con 27 años (iba a cumplir 28 en septiembre), figuraban más antecedentes por episodios violentos prácticamente desde que cumplió la mayoría de edad. Su último encontronazo con los policías tuvo lugar hace apenas unas semanas en Aranda de Duero. Allí los agentes rescataron a una mujer que, al parecer, ejercía la prostitución y a la que el ahora fallecido retenía presuntamente contra su voluntad en la vivienda. La víctima, en un momento en el que se encontraba sola, logró pedir ayuda a gritos y porrazos que alertaron a los vecinos del inmueble.

La mujer, que ejercía la prostitución, logró pedir ayuda a gritos aprovechando la ausencia de su captor

Los testigos alertaron entonces al 091 y los agentes lograron abrir la puerta y rescatar a la mujer. Eso además de encontrar droga en el interior del domicilio, cuyo alquiler figuraba, al parecer, a nombre de Brayan.

El caso es que el joven no pudo ser detenido entonces y por eso se emitió una orden de busca y captura por los presuntos delitos de trata de blancas y contra la salud pública, que estaba en vigor en la madrugada del pasado lunes, cuando se vio implicado en una discusión con otro varón en el aparcamiento exterior del antiguo mesón La Tía Pepa (actual sala de fiestas privada Cister Sunday).

Los testigos apuntaron que los dos se alejaron en un momento dado, en torno a la una y media de la mañana, por la calzada de la vía de servicio que discurre en paralelo a la travesía de la carretera de Soria y que, cuando se encontraban a unos doscientos metros de la citada sala, escucharon una detonación y vieron cómo Brayan caía desplomado sobre la calzada.

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El sospechoso, un varón de unos 35 años que logró huir en un coche (su descripción y los datos del vehículo fueron aportados a los investigados de la Guardia Civil), aún no ha podido ser localizado y detenido.

Brayan, al que los propios testigos reconocieron desde un primer momento, ya que, según relataron, solía frecuentar la sala de fiestas (cuya entrada, en teoría, está restringida a socios), portaba documentación falsa, en la que figuraba que tenía 25 años y que era de origen portugués. Los agentes, y la posterior autopsia, confirmaría horas después que se trataba del joven vallisoletano que estaba huido de la Justicia para responder de los citados delitos de prostitución y retención ilegal de una mujer y de tráfico de drogas.

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Los agentes alertaban hace cinco años de la extrema agresividad del ahora fallecido

La víctima, que recibió un único disparo mortal en el tórax efectuado con un arma corta, según confirmó posteriormente el examen forense, falleció a las pocas horas de ingresar en estado crítico en el Clínico. Brayan L. C. tenía 27 años, nació en Valladolid y desde hacía tiempo residía junto a su familia en Aranda de Duero.

En su historial policial figuraban numerosos antecedentes, en su mayoría por episodios violentos de malos tratos o atentado a la autoridad, así como un último de drogas. El joven fue detenido por primera vez cuando tenía 19 años y fue precisamente por malos tratos sobre su entonces pareja. En 2017 acabaría ingresando en prisión como investigado por un delito de malos tratos continuado y por el intento de agresión a los agentes con un machete. Su nivel de agresividad, según relataron entonces fuentes policiales, era tal que la valoración del riesgo de la víctima fue calificada de «extrema».

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La Guardia Civil busca ahora al autor de su muerte, uno solo, en principio, sobre el que contarían ya con pistas suficientes para su identificación. Fueron varios los testigos que presenciaron los hechos y el exterior del antiguo mesón, además, cuenta con un reguero de cámaras de videovigilancia que, en el caso de estar en funcionamiento, podrían ayudar a esclarecer lo ocurrido y los motivos del crimen. Los testigos, socios de la sala de fiestas, apuntaron a que sí conocían a Brayan y que al agresor no le habían visto por allí.

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