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Nacho Rincón junto a otros compañeros durante la realización de esta tarea. S. G.

El estiércol de oveja, el mejor aliado en la postvendimia

El viticultor Nacho Rincón muestra cómo se extiende este abono orgánico en la viña para reponer los nutrientes extraídos por la uva

Lunes, 1 de noviembre 2021, 09:47

La vendimia ha terminado en Ribera del Duero, pero el trabajo no para. Es hora, por ejemplo, de restituir la fertilidad del suelo con materia orgánica. El viticultor, Nacho Rincón realiza estas labores con estiércol de oveja que califica como «el mejor abono orgánico para ... la viña».

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Además de llevar a cabo esas tareas en sus viñedos situados en Moradillo de Roa, el productor también acompaña en el abonado a otro viticultor, Enrique Pecharromán, en una de sus plantaciones ubicadas en la sierra de la localidad ribereña de Fuentenebro (Burgos). Se trata de un viñedo plantado en el año 2020 a más de 1.000 metros de altitud en Ribera del Duero, donde juntos realizan esos trabajos de abonado. «El estiércol, además de reponer los nutrientes extraídos con la producción de uva, mejora la actividad biológica del suelo y, por lo tanto, su estructura y su capacidad para nutrir a la planta», detalla Rincón.

El viticultor narra estos trabajos a través de un vídeo, donde muestra al detalle cómo se realizan los pasos para restituir la fertilidad del suelo con esa materia orgánica de oveja. Primero, con una máquina se esparce el abono en cada lineo del viñedo para, después, «con un tractor de grada de discos ir metiendo la materia orgánica dentro de la tierra». La grada es un aparato, acoplado al tractor, con discos verticales, con un orificio central de forma cuadrada, montados con separadores en bloques que giran sobre un eje común. Estos bloques se orientan de manera angulada respecto a la dirección de avance, con lo que tienden a rodar a la vez que mezclan las capas de suelo.

«Lo mejor es que el estiércol esté maduro o compostado para que destruya posibles enfermedades e inactive semillas que no queremos», explica Rincón. La cantidad de estiércol a aportar es de unos 10.000 kilos por hectárea, y se recomienda que esos aportes se hagan cada tres años, «aunque luego depende de las cantidades y cómo veas la evolución de la viña». En resumen, el ciclo comienza de nuevo y con ello la búsqueda de la mejor materia prima, la uva de primera calidad.

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